A nadie sorprenden los actos de violencia en escuelas estadounidenses con armas de fuego, un país históricamente intervencionista con el ejército más poderoso del mundo según el “Global Firepower Index”, es decir, un pueblo bélico donde además las armas se pueden comprar tanto legal como ilegalmente con el narco mexicano como cliente VIP.
La circunstancia cultural aunada a jóvenes solitarios, víctimas de las hormonas, del acoso, del bulling, del sexting y del escarnio al que se puede ser sujeto en las redes sociales ha detonado esos episodios de furia-venganza-se joden que terminan por ser noticias globales que dan la vuelta al mundo, digamos que se ha alcanzado el american bad dream, los costos colaterales del imperio que quiere ser “grande de nuevo”.
Ahora que, cuando el episodio se presenta en una escuela de Monterrey Nuevo León, México, con un joven de 15 años disparando, nos sentimos, más vulnerables, las pesadillas del norteamericano se comienzan a replicar en México, ¿qué ha pasado?
El joven perteneció a la generación z, es decir, era hijo de la era digital, intuimos, sin saber, un cierto grado de deshumanización de la que habla Ernesto Sabato en su libro “La resistencia”, por el uso de la tecnología.
El muchacho tenía 5 años cuando el presidente Calderón declaró la guerra al narco y todos sabemos que la violencia se normalizó en muchas ciudades de México, incluida Monterrey, de manera que hechos de violencia se volvieron cotidianos para muchos niños, jóvenes ahora.
Todos sabemos de la adicción que representan los videojuegos, algunos lectores seguramente lo han vivido en carne propia, otros en sus hijos o sobrinos, la industria ha desarrollado muchos títulos donde la guerra, la violencia, el matar en ambiente multiusuario han sido los acompañantes para muchos en horas del ocio.
Otra circunstancia que se presenta en este siglo es el mayor porcentaje de padres y madres trabajadoras lo que implica que muchos jóvenes estén solos muchas horas del día.
Todos nos conmovimos, muchos vimos el video que de forma irresponsable diría yo, fue publicado en muchos medios, ¿con qué derecho la escuela o la autoridad filtró un video que por lo menos agrede y lastima a las familias de las víctimas?, el morbo es un buen negocio cuando tiene miles de visitas en menos de una hora.
Al siguiente día, a mi hija y a muchos otros niños y jóvenes a lo largo y ancho del país les revisaron sus mochilas en búsqueda de armas, para prevenir un episodio similar.
¿Qué pasa cuando esos niños o jóvenes no van a la escuela, digamos que van al cine, o la supermercado, o a una fiesta, o a un parque donde por razones obvias la operación mochila no tiene mayor impacto?
¿Una masacre fuera del ámbito escolar sería menos reprobable?
Las armas no se encuentran en las mochilas, son un tema de educación, de acompañamiento, de salud emocional, la verdadera prevención de actos de violencia afortunadamente no está en las políticas de estado, de las que ya nos hemos desencantado muchas veces, para la mayoría de los mexicanos está en nuestra cancha, es nuestra responsabilidad.