El estudio de los astros, sus movimientos, sus ciclos, nuestras culturas precolombinas cultivaron este estudio desde hace más 5000 años, construyeron ciudades con estructuras alineadas para la observación astronómica, ciudades de las que hoy solo quedan vestigios y en las que, algunos estudiosos de nuestros tiempos, escarban, hurgan y estudian redescubriendo lo que en un tiempo fuimos y que quedó sepultado por los bárbaros españoles en los tiempos de la conquista y de la transculturización.
De acuerdo a notas periodísticas de “El Siglo de Torreón”, las secretarías de educación de los estados de Coahuila y Durango emitieron instrucciones para que las escuelas no permitieran que los niños salieran de sus aulas durante el tiempo que dure el eclipse del día de hoy, aduciendo reducir los riesgos a la salud de los niños asociados a la observación del fenómeno. El mensaje a la población en general es que el eclipse es peligroso, patrañas.
No terminaba de sorprenderme la poca visión de instituciones del estado que “regulan” el quehacer educativo de nuestros niños y jóvenes cuando me entero que diversos colegios de Torreón decidieron “con el propósito de no poner en riesgo la salud de los hijos” suspender las clases de los niños y jóvenes el día de hoy.
Tanto los gobiernos como las instituciones educativas tienen la responsabilidad de difundir el conocimiento, este tipo de fenómenos se deben aprovechar para aprender, para enseñar las formas seguras de observación, para experimentar, que es una linda forma de aprender, el sembrar miedos en las sociedades, en nuestros niños, es alimentar indirectamente mitos sustentados en la ignorancia que conlleva a eso, a formar sociedades ignorantes.
En esa línea de justificación, que al final solo pretende evadir responsabilidades, habría que suspender los laboratorios de química y de biología, los talleres de soldadura, de carpintería y en algunos casos hasta las clases de cocina, ridículo ¿no?.
Por fortuna, comentan tanto Eduardo Hernández como Carmen González, responsables del planetario Torreón, también hubo profesores interesados en aprovechar el fenómeno para enseñar, se organizaron entonces talleres para ellos, que se impartieron el fin de semana, bien, una felicitación a esos hombres y mujeres que entienden sus responsabilidades y al planetario por ser un vehículo que difunde el conocimiento científico en general y aquel que tiene que ver con el estudio del universo en particular, retomando aquella vieja costumbre de nuestros pueblos, la observación del cielo.
El 8 de abril de 2024 habrá un eclipse total de sol y la comarca lagunera será uno de los sitios privilegiados para disfrutarlo, tendrá una duración aproximada de 4.5 minutos, hay tiempo suficiente para prepararnos, los gobiernos, las escuelas, la sociedad y hacer del evento una experiencia inolvidable, enriquecedora, gente de todo México y de otros sitios querrá estar acá, un verdadero privilegio para los laguneros, habremos de trabajar duro desde ahora para aprovechar ese regalo de nuestra estrella y de nuestro satélite, que ese día danzarán al unísono para señalarnos durante más de cuatro minutos, una maravilla.