Aquí estamos otra vez, debatiendo si el técnico de la selección se debe de ir. Hoy es "Debió jugar Vela", hace dos años "Guardado debió fallar el penal", en 2014 "no era penal", en 2010 "El Bofo contra Argentina", en el 2006 "Maxi nos hizo un gol de otro partido", en 2002 "Aguirre sacó a Ramoncito", en 1998 "Lara de central", en 1994 "No entró Hugo", en 1990 no fuimos, en 1986 "los malditos penales", en 1982 no fuimos, en 1978 "los ratones verdes", en 1974 no fuimos, en 1970 "por qué salimos del Azteca"...
Me fui hasta 1970 para demostrar que a pesar de avanzar en muchas cosas, seguimos perdiendo a la hora buena con nuestra selección mayor. Para demostrar también que seguimos siendo un futbol sin rumbo y sin proyectos sólidos. Un futbol de pocas hazañas y de héroes aislados. Hemos ganado dos Mundiales Sub-17 y unos Juegos Olímpicos con proyectos encabezados por gente que ya no está. Nos encanta siempre empezar de cero y siempre con los objetivos al revés, aquí primero es el negocio y si haciendo negocio se triunfa pues felicidades. Lo triste es que parte del negocio es ilusionarnos a todos y aunque parezca mentira, volvemos a caer en la misma falacia una y otra vez.
Para que México dé pasos sólidos no es cuestión solamente de traer a un gran director técnico para la selección mayor, no, nuestro futbol necesita también una estructura nueva en donde se sepa combinar negocios y futbol. Jugar amistosos chafas nos está dejando atrás de la élite mundial, las eliminatorias de CONCACAF no ayudan mucho a subir nuestro nivel y lo estamos viendo hoy. Nuestra selección debe buscar por lo menos dos veces al año jugar de visitante ante potencias mundiales, de lo contrario los golpes de realidad seguirán llegando en plena competencia oficial. Se juega contra Holanda, contra Argentina, sin embargo, después volvemos a caer en los partidos moleros en Estados Unidos, se desaprovechan fechas que las potencias mundiales e incluso Estados Unidos y Costa Rica capitalizan.
Aquí y en Estados Unidos la prensa deportiva de habla hispana vive del TRI. Hasta en los partidos previos de Copa Oro despliegan todo su equipo y no hablan de otra cosa, es muy difícil alejarse de tantos intereses y frenar por nobles motivos deportivos un negocio tan lucrativo, un equipo mediocre que produce más dinero que cualquier selección top, ¡imagínese! ¿Por qué cambiar? Por eso mejor se opta seguir con el engaño, seguir diciéndonos que es cuestión de que llegue el indicado al banquillo de la selección para ser grandes, qué tristeza, qué mentira pero siempre volvemos a caer.
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