La soledad es la ausencia de compañía, pero estar solo puede significar muchas cosas. El hombre, como ser social, convive porque al lado de otros es como vive, siente, crece, se enriquece y evoluciona. Cuando un individuo está solo, hace esto mismo pero en su individualidad, con sus propios pensamientos y respecto a su propio aprendizaje. El ser humano es ante todo un ser social, por tanto, la clave consiste en administrar el balance entre ambos escenarios, el estar solo con el convivir en sociedad.
Pero ¿puede alguien vivir completamente solo? ¿Alguna vez lo ha hecho? La duda ha estado presente en la historia de manera recurrente, originando narrativas sobre el posible destino de alguien viviendo en completa soledad. La posibilidad de cómo sería esa readaptación o la soledad absoluta es parte de lo que se presenta en la película Pasajeros (EUA, 2016), escrita por Jon Spaihts, dirigida por Morten Tyldum, protagonizada por Jennifer Lawrence, Chris Pratt, Michael Sheen y Laurence Fishburne, además de estar nominada a dos premios Oscar: mejor diseño de producción y mejor banda sonora.
La historia, ambientada en un futuro distante, trata de una nave, la Ávalon (nombre de una isla de la mitología celta donde los manzanos dan frutas todo el año), que viaja con una tripulación de 5 mil pasajeros que durante 120 años permanecerán en estado de hibernación para, al momento de llegar a un planeta habitable, colonizar el lugar. A 30 años del inicio del viaje, un error causado por un choque con unos meteoritos provoca una falla en una de las cápsulas, despertando a uno de estos viajeros. Solo y sin acceso a toda la información que hace funcionar los sistemas de navegación y comunicaciones, simplemente acompañado de robots programados pero que no pueden darle todas las respuestas a sus dudas, Jim Preston decide despertar a alguien más, vencido por la soledad y el aislamiento, en busca de recordar lo que es convivir con alguien más, para él, vivir.
El ser humano se acostumbra a una forma específica de contextos, los espacios, las plantas, los animales y los recursos naturales que conforman el mundo que ha conocido toda su vida en la Tierra. Un cambio en alguno de estos elementos significa un reajuste de adaptación, pero hasta qué punto puede el hombre lograrlo y cuánto tiempo le tomaría es una pregunta con muchas posibles respuestas. Se trata de un problema filosófico, pero ante todo existencial para quien viva la experiencia.
Jim pasa por diferentes procesos de razonamiento de su realidad, pero sabiendo que quedan 80 años para que alguien más despierte según lo programado, viéndose frente a un futuro de existencia en soledad que le atormenta, pues en perspectiva morirá antes de volver a convivir con otro humano. Inicialmente aprovecha la libertad, pero eventualmente entiende que no está preparado para lo que le depara: vivir encerrado en una máquina, la nave, y sin la oportunidad para crecer como persona. Es entender que el panorama que tiene enfrente es uno en el que no puede construirse un futuro, porque las condiciones no se lo permitirán.
Decidir truncar el proceso de hibernación de otra persona no es sólo buscar compañía, o una pareja, es la búsqueda de otra perspectiva, de otro punto de vista, de alguien quien analice el problema y proponga soluciones diferentes, de alguien con quien dialogar, compartir, debatir y razonar. En síntesis, el otro es un punto obligado de referencia para ejercer la capacidad creativa y para ejercer e incrementar el lenguaje.
Cuando Jim primero se plantea la posibilidad de despertar a propósito a Aurora, otra pasajera de la que se enamora, el dilema que se le presenta está relacionado con sentenciar al mismo destino a la joven. Jim duda hacerlo, porque sabe que sus acciones tienen consecuencias, porque sabe que de hacerlo se convierte en responsable también de la vida y el destino de la otra persona, a quien, eventualmente, debe hacerle conocer la verdad, porque ella lo sabrá, de una forma u otra.
Él, sin embargo, toma la decisión a partir del lado emocional de la situación, el enfrentarse a un estado de soledad a punto de volverlo loco. ¿Por qué? Porque en este caso la soledad ha llegado al punto del aislamiento, el estar separado del resto de la gente, el estar incomunicado, el no poder identificarse con alguien más, el no poder compartir, madurar o trascender. ¿Pero es eso suficiente justificación para su decisión de sacar de la cápsula de hibernación a Aurora? El panorama abre un debate en el que cualquier respuesta puede parecer válida ante un escenario de situación extrema como éste y frente a las circunstancias que se presentan.
Si se le aborda desde la otra perspectiva, la de Aurora, entonces las acciones de Jim se sienten más crueles y egoístas. La historia como se cuenta pasa su primer tercio de la película abordando el panorama a partir de la experiencia de Jim, obligando al espectador a sentir empatía hacia el personaje para entender su decisión, basándose en un estado de aislamiento que provoca depresión y soledad, que lo empuja a despertar a Aurora en búsqueda de compaña. Pero si el punto focal cambiara y se contara la historia desde el punto de vista de la chica, quien despierta frente a un hombre que le habla de un destino incierto, sólo para después enterarse que ese destino fue provocado por su culpa, porqué él fue quien la despertó, privilegiando su interés sobre el de ella, entonces el tono y desarrollo del suspenso y tensión tendrán un giro muy diferente. Es como si al cambiar el ángulo del narrador, la historia convirtiera a Jim en el villano; narrativamente hablando, el cambio de perspectiva es lo que más enriquece la película (la posibilidad de asumir los hechos desde dos opuestos), o la delimita, en todo caso (trazar el camino hacia un final ‘feliz’ evidente).
La idea de encontrar una alternativa viable frente un mundo que se extingue, por sobrepoblación y sobrecalentamiento, que es el motivo del viaje de la nave Ávalon, está sustentado en un pensamiento que preocupa y motiva al hombre en el presente actual: buscar y encontrar otros mundos, de preferencia habitables, donde una forma de vida como la conocemos sea posible. Es un ideal basando en el eslogan ‘comenzar desde cero’, pero esperando descubrir que ese cero no esté tan alejado del mundo como el que se conoce. Al ‘comenzar desde cero’, como un idóneo, aunque no siempre viable, uno espera que el escenario no sea tan extraño como para que la adaptación represente una barrera difícil de superar.
El hombre busca un contexto similar al que conoce, un planeta parecido al suyo, porque enfrentar otro tipo de escenarios representa una serie de retos para los que no siempre se está preparado Para Aurora y Jim el escenario es aún más complejo, no es adaptarse a una nueva vida en otro planeta, es adaptarse a la vida dentro de una nave, acompañados pero solos, teniendo que asimilar sus ambientes y adecuarlos a sus necesidades. Más aún, es enfrentar el hecho de que su proyecto de vida, la razón de su viaje, el futuro esperado, está modificado radicalmente al tener que vivir en una nave sin mayor contacto con el mundo que conocen.
El cómo hacerlo plantea un obstáculo que en primera instancia es más fácil negar. Tanto él como ella intentan encontrar la forma de regresar a su ‘normalidad’, específicamente volver a las cápsulas de hibernación, que en corto, es regresar a ese escenario idóneo, a su ‘burbuja’, metafórica y casi literalmente hablando. Lo que ambos deben aceptar es que el paso que ya han dado, incluso antes de despertar y en la simple acción de conseguir o comprar un boleto en la nave, no tiene marcha atrás, es una decisión ya tomada a la que ahora hay que afrontar. Es decidirse aceptar su realidad, una a la que, de una u otra manera, tendrán que dar la cara.
No tienen a la mano todos los recursos a los que están acostumbrados y la limitante se acrecienta debido a la presencia de aparatos y sistemas automatizados que de paso están colapsando debido al fallo causado por el choque de los meteoros.
Ni robots ni programas pueden darles respuestas porque no las conocen, porque no las deducen a partir de los datos recabados, porque como máquinas, no están preparadas para ello. Con robots que manejan la nave y navegan el sistema del viaje, sus manos se encuentran atadas. ¿Cómo tomar control de la situación si todo ese control está depositado en una serie de programas con códigos preestablecidos?
‘Si Jim está aquí porque su cápsula falló, pero es imposible que las cápsulas fallen, entonces no es posible que Jim esté aquí’, razona uno de los androides. El cómo y el por qué no son parte de una deducción lógica que la máquina pueda realizar, sino que es el tipo de cuestionamiento y búsqueda de soluciones que sólo un humano puede hacer. Si Jim está solo en la nave, no tiene con quien repasar los posibles panoramas para la resolución del problema. Estar solo se convierte en una limitante, incluso para su posible supervivencia.
El relato explica que el viaje es un proyecto realizado por una compañía privada, ‘The Homestead Company’, que encuentra la forma de convertir la promesa, el viaje, el nuevo planeta, en la idea de ‘una nueva vida’, material de mercadotécnica que es, en corto, un negocio al cual sacarle dinero. Su objetivo no es plantear una alternativa a la humanidad, es plantearse una alternativa a ellos mismos, dentro de su modelo de negocios.
Para Aurora la oportunidad del viaje está relacionada con la posibilidad de experimentar nuevos escenarios, para conocer aquello que sólo pocos tienen la oportunidad y después compartir ese aprendizaje, esa experiencia de vida. Aurora, como escritora, quiere crear historias, vivir experiencias, recrearlas y compartirlas. Si el objetivo que la motiva puede hacerlo dentro de la nave, viviendo ahí hasta el día de su muerte, ¿lo haría? Tal vez el mayor problema es que la decisión no la toma ella, sino que la toman por ella. El derecho a elegir libremente, del que se le despoja, la pone a la defensiva.
Para Jim, el motivo del viaje es hacerse de una segunda oportunidad, para no sólo enmendar errores, sino evitar realizarlos en primer lugar. Así, para cada uno de los involucrados, la motivación es diferente, subirse a la nave, en general, es elegir cómo se quiere vivir la vida y haber hecho algo para lograr ese objetivo.
¿La razón que los mueve cambia la experiencia? ¿Qué significa exactamente una nueva vida, un nuevo planeta o una nueva oportunidad? ¿Se trata de olvidar el pasado o buscar un futuro diferente? ‘Homestead’ además significa ‘casa’ o ‘granja’, en alusión tanto a la forma simbólica representativa como se asume este nuevo plantea, llamado con ese mismo nombre, pero también analógicamente respecto a la decisión que Aurora y Jim deben tomar, convertir la experiencia y a la nave en su casa, en su presente y en su futuro, en su verdadero nuevo proyecto de vida. “No es la vida que planeamos, pero es nuestra”, concluye Aurora.
Ficha técnica: Pasajeros