Red es

   Tenía 23 años, me llegó la noticia del temblor más grande que había sufrido la ciudad de México por la mañana, comenzaron a llegar por la televisión las primeras noticias e imágenes de la tragedia, yo, acá a 1000 km de distancia me encontraba desolado, sin saber la suerte que familiares y amigos habían sufrido en la gran sacudida. Pasaron muchos días para saber que estaba realmente ocurriendo, la televisión y los periódicos nos contaban su verdad, el gobierno reportó cerca de 10000 muertes, otras organizaciones estiman 40000.

   32 años después, el 19 de septiembre ratifica su luto nacional, de nueva cuenta México, su zona centro se ve afectada por otro sismo que por sus efectos se considera de los más destructores que se han presentado. En esta ocasión, el fenómeno  se presentó a las 13:14 horas, dos minutos después ya un compadre me había avisado a través de la aplicación Whats que se encontraba bien, y así muchos de mis amigos y familiares.

   El sismo ha mostrado de que estamos hechos los mexicanos, de nueva cuenta, el pueblo supera en su respuesta a la emergencia a muchas instituciones, literalmente la mayoría de los mexicanos se volcaron en las ciudades afectadas a ver cómo podían ayudar y en el resto del país a organizar las mesas de acopio, también hay que decirlo, se presentaron asaltos y actos de rapiña de personas que aprovecharon el caos para su beneficio inmediato; afortunadamente fueron los menos.

   En cuanto a la respuesta de la sociedad en ambos eventos, una gran diferencia la han marcado las redes sociales, prácticamente cada dueño de un teléfono móvil se volvió un fotoreportero que se encargó de documentar los hechos, ratificando el noema de la fotografía “lo que ha sido” que toca Roland Barthes en su libro “La cámara lúcida”. El resto de nosotros nos volvimos entonces receptores de los mensajes de una multitud de seres que registraron en sus móviles lo que estaba aconteciendo, todos fuimos testigos como diversas fotografías o vídeos nos llegaban por diversos grupos o personas teniendo la oportunidad de ver o escuchar testimonios a lo largo de los estados afectados, una gran diferencia respecto al 85.

   Una preocupación del fallecido Umberto Eco de acuerdo al texto que titula “Cómo copiar de internet” publicado en el 2006 es que debiera haber una asignatura en el colegio que enseñara las técnicas de selección de noticias en la red. Algunos lectores estarán de acuerdo que la llegada de mensajes alarmantes que no tienen fundamento alguno cada vez es más común, una verdadera pérdida de tiempo el leerlas, y cuando le dedicas digamos 30 segundos a su lectura, pero la revisan digamos que 100 000 personas, se tiran a la basura algo así como 800 horas-hombre; desde la perspectiva de productividad nacional es realmente un soberano desperdicio, ahora que si leemos cinco o seis de estos mensajes a la semana, pues, hagamos las cuentas.

   La explosión de las redes como vehículo para crear tendencias, para normalizar opiniones también es una estrategia en la que diversos grupos de todas las corrientes de pensamiento pueden estar interesados, cuidemos lo que compartimos.

   Vienen días aciagos para muchos mexicanos que se han quedado sin hogar, los esfuerzos de muchos de nosotros deberán sostenerse en el tiempo, un abrazo fuerte a mis primos que vieron afectado su patrimonio pero que salvaron lo mas importante.