¡SÉ FELIZ! ¿POR QUÉ TE EMPEÑAS EN BUSCAR UNA MONEDA QUE NO EXISTE?
Por Gerardo de la Garza Ortega
Conferencista, Motivador y Director de MOTTIVARE
¡…con la fuerza de la palabra!
Una historia que nos hace pensar mucho, porque nos muestra el valor de lo que tenemos.
¡Hola! ¿Cómo te va, mi distinguido y amigo lector? Espero que esta semana sea excelente y maravillosa.
En esta ocasión te quiero referir una historia muy interesante. Resulta, o como dicen los que saben escribir cuentos, hete aquí que, había un rey en una tierra lejana, que no entendía el por qué no era feliz.
¿Cuál era su principal preocupación? Ver a uno de sus súbditos, sin posesiones y tierras como él, pero que era completamente feliz.
Se preguntaba el rey, ¿por qué este hombre es completamente feliz, sin tener lo que yo tengo? Y lo peor, ¿por qué yo no puedo ser feliz, teniendo todo lo que tengo?
Con estas reflexiones estaba el rey, cuando se le presenta sin llamarlo, su consejero, y le dice:
- Oye, ya que andas por aquí, quiero que me ayudes en una situación que no entiendo.
- Dígame, su majestad, en qué le puedo servir, le contestó su consejero.
- El rey le cuestiona, ¿por qué no puedo ser feliz, teniendo todo? Mira a ese hombre, no tiene nada, y es completamente feliz. Explícame, ¿qué está pasando?
El consejero, sabiendo lo que le está pasando a su rey, le pide que le junte un saco lleno de monedas de oro.
- Muy bien, le dice el rey. ¿Cuántas monedas quieres que haya en el saco?
- ¡99!, le señala el consejero. ¿99?, le contesta el rey. Sí, le dice el consejero, pero afuera del saco le va a poner un letrero que diga, ¡100 monedas de oro!
- Pues no entiendo mucho lo que quieres hacer, pero haré lo que me estás diciendo. Y mandó a sus súbditos a que hicieran lo que el consejero le estaba pidiendo.
- Le trajeron el saco con las monedas, y entonces le dice el consejero, vamos a la casa de su empleado, y dejemos el saco afuera de su casa, y veamos por la ventana qué sucederá.
- Van el Rey y su consejero, y dejan el saco afuera de la casa de su empleado, y esperan para ver qué pasará. Llega el empleado, y se encuentra el saco, lleno de monedas de oro, y se pregunta, ¿quién lo habrá dejado ahí? ¿Es para mí?
- Muy nervioso, y excitado por la emoción, mete el saco a su casa, y vacía el contenido. ¡100 monedas de oro! ¡Qué felicidad!, se dice para sí.
- Al verlas, razona, las voy a contar, nada más para estar seguro que son 100. Y se dispone a contar, una por una, haciendo montoncitos de diez…
- Descubriendo que son solo 99…, se pregunta: ¿Dónde estará la moneda que me falta? ¿Dónde estará?
- Por supuesto que nuestros amigos, el rey y su consejero, están viendo todo por la ventana. Al punto de estar buscando la moneda 100, le dice el consejero al rey.
- Así está Usted, su majestad. Se fija en pocas cosas sin importancia, sin considerar todo lo que tiene. A su empleado no le importó tener 99 monedas de oro, le importó más la moneda faltante…
Así somos nosotros en la vida, siempre nos distraemos con situaciones menos importantes, sin considerar lo afortunados que somos con todo lo que tenemos.
Cierro como siempre, y a seguir pataleando…, ¡porque no hay de otra!
Bibliografía consultada:
Las Maravillosas Anécdotas de la Superación Personal. Editorial Chirre. Colección Literatura de Superación.
La imagen fue obtenida del sitio: https://es.dreamstime.com/foto-de-archivo-bolso-de-las-monedas-de-oro-image32500800
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