PARA EMPEZAR
BALANCES
Un campeonato, dos liguillas, una clasificación a Concachampions, ventas de jugadores, algunas buenas compras de refuerzos, cantera a mil siempre protagonista en Sub-20 y Sub-17, seleccionados nacionales por doquier en todas las categorías. Santos Laguna no siempre va a tener años como este 2018 y sin embargo el final es de sensación amarga, comprensible, hace un mes el bicampeonato se veía posible, después el equipo se fue desinflando sin remedio, lo vengo diciendo aquí desde hace tiempo, no había variantes, los encargados de serlo de alguna manera u otra, claudicaron.
La afición como es normal ya escogió al culpable: Chava Reyes. Definitivamente el técnico tiene su cuota de responsabilidad, le acusan principalmente de timorato, de no transmitir nada desde la banca y de hacer muy malos cambios. Yo creo que con el coraje de ser eliminados se olvidan muchas cosas. Chava Reyes es un "bomberazo" ante la repentina renuncia de Siboldi, gestionó y calmó a un vestidor en llamas, supo sacar resultados importantes mientras la calma volvía, respetó el sistema con el que sus jugadores estaban a gusto, colocó mejor al Cabecita Rodríguez e hizo que no se extrañara a Djaniny Tavares. Santos llegó a ser líder de la competencia, navegó la mayoría del torneo en la parte alta, si se culpa a Reyes de lo malo, hay que culparlo también de lo bueno.
Hace más o menos dos meses, en esta columna advertí la falta de variantes que el equipo tenía, la pasaba mal cuando Lozano no andaba, Cabecita y Furch sin balones te ayudan poco. Escribí que en la banca había opciones pero fuera de ritmo, faltos de adaptación o de a tiro lesionados, me referí siempre específicamente a Preciado, Quiñones y Cetré, por lo que usted guste nunca fueron factor, su ausencia aunque estuvieran en la cancha hizo del Santos un equipo muy plano y al final muy limitado, ¿qué le quedaba a Chava Reyes? ¿Orrantia, Isijara y Cortés? Lo intentó con todos y creo que el mejor fue el famoso Charal que lamentablemente también se lesionó.
A De Buen lo borró, se animó muy poco a apretar a Lozano y a Osvaldo Martínez, quizá los hizo sentirse demasiado cómodos. Los cambios en varios partidos llegaban tarde y mal, de acuerdo pero aun así, cuando los hizo, quien entró aportó muy poco. Chava es de línea de tres, eso no se animó a moverlo, en enero veremos, si me piden una calificación escolar yo apruebo a Chava Reyes con un 7 y dejo como nota que también hay jugadores que quedaron a deber, Preciado, Cetré e Isijara, al primero le doy el beneficio de la adaptación, a los otros dos los felicito por las vacaciones de cuatro meses que se pegaron.
El 2019 mostrará si Chava Reyes da la talla, ahora él es la trompa de la máquina desde la formación del plantel. Sería espléndido ver al Santos clasificarse a un Mundial de Clubes.
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