Continuación…
“Confórmate con lo que tienes, más no con lo que eres”. Hay muchísima gente que no está conforme con lo que tiene, pero no hace nada para salir de donde está.
No estamos conformes con nuestro puesto en la empresa pero solo nos quejamos, envidiamos a los de más arriba, pero no nos preocupamos por tener un mejor empleo.
No estamos conformes con nuestras limitaciones intelectuales o nuestra preparación, pero no asistimos a cursos, institutos, escuelas, carreras en línea, donde podamos obtener más capacitación.
¿Por qué tenemos que esperar a que suba el salario mínimo para que nos suban el sueldo?
Claro que tener iniciativa tiene sus riesgos, pues tal vez nos equivoquemos, pero siempre tendremos el recurso de corregir el error y mejorar nuestros conocimientos, nuestra experiencia y la próxima vez hacerlo bien y mejor.
Yo siempre he dicho: prefiero que me despidan de una empresa porque me equivoqué al hacer algo, a que me corran porque no hago nada. Solo el que no actúa no se equivoca, pero nunca destacará en nada.
Así que usted que me está leyendo, no importa cuál sea su empleo, su puesto dentro de alguna empresa, su lugar en la sociedad, su situación económica, su edad cronológica. Si de veras quiere destacar, usted tiene ya toda la fortaleza y capacidad.
La iniciativa no se compra en ninguna tienda, no se aplica a través de una transfusión sanguínea, ni en ampolletas, no se enseña en ninguna parte, no se hereda de ningún pariente, no se adquiere en los libros, no la podemos obtener por prédicas de ningún guía espiritual, esa ya la traemos dentro de nosotros, solo que tenemos que usarla.
Recientemente me invitaron un grupo de profesionistas industriales en una cámara a dar una plática sobre la motivación del personal y una persona me hacia la siguiente pregunta: ¿Qué sucede con la gente Germán, que ahora ya no tiene la responsabilidad ni la iniciativa que tuvimos en nuestra época? Comentaba angustiado este líder del grupo.
A lo que les cuestionaba yo; “¿Cuantos de ustedes comenzaron sus negocios de la nada?” –Pregunté a todo el grupo- y todos levantaron la mano.
¿Cuántos de ustedes que sufrieron angustias, privaciones, insomnios, no quieren que sus hijos tengan que pasar por esas pruebas?, todos volvieron a levantar la mano.
Esa es la respuesta –aseguré- pues con esa protección, ese quitarles las piedras del camino, todo lo que hacemos es quitarles la oportunidad de hacer uso de todos sus poderes y capacidades. Y usted, ¿Cuál será su razón para no hacer uso de esta cualidad?
“Lo fácil es para los ineptos”. Cuando usted se acostumbra a resolver primero las situaciones o actividades difíciles, cada vez tendrá más y más capacidad para enfrentarse a los retos de la vida.
¿Pero qué es lo que normalmente pasa en nuestra vida? Que cuando se nos presenta una dificultad, inmediatamente le damos la vuelta, lo dejamos para después o decimos: “Eso está muy difícil para mí, que lo haga Fulano o Mengano, y dejamos la oportunidad para que otra persona sea la del mérito”.
Así que de ahora en adelante, nuestra actitud va a ser la siguiente: “Si es difícil, déjenmelo a mí, yo lo hago, pues lo fácil, cualquier inútil lo puede hacer”.
“El éxito es una evidencia matemática”. Es decir, una vez que empezamos a actuar con una actitud positiva, que hacemos uso de todas las cualidades que hemos comentado hasta aquí, lo menos a lo que podemos aspirar es a un ÉXITO TOTAL, sin embargo, cuanta gente atribuye sus fracasos a la “Mala Suerte” o cuando se entera de los éxitos de un amigo o pariente luego luego dice: es que “Él” tiene “muy buena suerte” pero la realidad es que el factor suerte NO EXISTE, pues toda la “mala” o “buena” suerte está dentro de nosotros. Pues tenemos todo el poder para lograr lo que nos proponemos, solo tenemos que actuar.
Cuenta la historia que andaban dos ardillitas juntando en el campo sus nueces, cuando oyeron venir una jauría de perros de caza, que al verlas y olerlas, se abalanzaron sobre ellas, que en su desesperación solo alcanzaron a trepar en un pequeño árbol y subieron hasta la última de las frágiles ramas.
Los perros empezaron a saltar y tratar de alcanzarlas, los brincos eran cada vez más grandes y las ardillas casi sentían sobre sus lomos el aliento de los lebreles. –De esta no nos salvamos- comentó una de las ardillas, ya no tenemos hacia donde subir y la rama se balancea peligrosamente, se podría romper y nosotras caer al suelo, donde seriamos fácilmente destrozadas por estas fieras.
No te desesperes –contesto la ardilla positiva- mira frente a nosotros hay un árbol más grande vamos a intentar saltar para salvarnos.
No creo que lleguemos es grande la distancia, -contestó al borde de la desesperación la ardilla negativa-.
Sí, vamos a tomar vuelo, lo más que puede pasar es que caigamos a un nivel más bajo de donde estamos, pero será de un árbol más grande –aseguro la otra ardilla-.
Así lo hicieron, bajaron un poco, hasta una rama más resistente, se impulsaron, volaron por los aires y efectivamente, cayeron a un nivel más bajo, pero inmediatamente pudieron subir a ramas más altas, donde ya los perros no las pudieron alcanzar.
Y cuantas veces, nosotros, como esas ardillas estamos en situaciones difíciles, que creemos que el mundo se nos viene encima, pero todo lo que tenemos que hacer es tomar la INICIATIVA, dar un salto y verán como el árbol donde caigamos será mucho más alto. Continuará…
Dios te bendice y te acoge!!!
Despertar…es.
“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”. A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: www.facebook.com/iniciativalaguna.comarcalagunera/ A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 430 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
TORREON, COAH. MÉXICO
MMXVIII