Continuación…
Usted que me lee ahora, si pudiera darse el tiempo necesario para meditar en su vida todo esto, vuelva a leer con detenimiento, despacio, con toda calma, este libro, léalo todo, analícelo como si me estuviera dirigiendo a usted en lo personal en una charla entre amigos, vea cuales han sido todas esas situaciones de su vida, tráigalas a su mente y dígales (como si fuera otra persona): “¡Ya estuvo bien que me sigas manejando...!”, “¡Ya aléjate de mí...!”, “¡Ahora soy yo quien da las órdenes...!” Todo esto hágalo con mucha emoción, con mucho coraje, si le es posible y le nace, solo si le nace, use palabras fuertes, altisonantes, insultos, etc., para que al estar diciendo esas groserías, sus químicas se alteren, se desequilibren y pueda sacar de su subconsciente todos los recuerdos negativos, que a no dudarlo le están impidiendo vivir su vida como debería.
Veíamos el caso de una pareja en la cual, la esposa se molestaba si su marido se retrasaba en su llegada a cenar y le gritaba de una manera agresiva, odiosa y desde luego, que hacía que no pudieran disfrutarse y amarse como esposos.
La esposa era incapaz de dar una explicación acerca de esa actitud, ya que ella normalmente era muy calmada y muy dulce, aunque ella hacía verdaderos esfuerzos para controlarse, sus exabruptos, sus berrinches iban cada vez en aumento y desde luego más vehementes.
El marido, por su parte, aun cuando hacía verdaderos esfuerzos, era incapaz de evitar sus retrasos, y siempre algo sucedía, que hacía que llegara a su hogar a deshoras y desde luego la discusión no se hacía esperar. Un análisis de su caso, demostró que de niño, aprendió a asociar el llegar tarde con el que su madre le gritara. Por lo tanto, el reflejo condicionado así creado dio por resultado un patrón subconsciente que transformó a su esposa de una mujer dulce y amable en una verdadera bruja.
Debido al hecho de que el subconsciente repite lo que ha aprendido, su hogar de adulto era tan desagradable como lo había sido su niñez. Por lo tanto esa era la razón de que siempre llegara tarde a su casa, pues le daba miedo volverse a encontrar con esa madre regañona, en la que ahora se había convertido su esposa, pues para ella era un hijo más, llamándole la atención sobre lo que debería comer o no, ya que ahora esta persona es diabética, y llega a las tiendas como un niño a comer lo que le gusta a escondidas (refrescos y golosinas) ya que su esposa (madre) no lo deja y hasta le pega como si fuera un hijo desobediente.
Recuerden la frase aquella que hicimos al principio, que dice: “Primero la mente ve lo que cree y después cree lo que ve”. Ahora, con esa historia podemos verla y comprenderla mejor. Aquel niño aprendió, a través de los regaños de su madre, que siempre tendría que ser así, de tal manera, que cuando se casó, la esposa empezó a tomar el lugar de la madre y posiblemente en sus primeros retrasos, no hubo reacción de ella, pero él empezó a provocar aquellos disgustos y empezó a condicionar su comportamiento hasta lograr lo que su mente creía.
Por otro lado, la esposa tenía miedo de perder a su marido y de herir a la gente injustamente, pues ella aprendió de sus padres bien intencionados, pero ignorantes, que una mujer divorciada no vale ante la sociedad, por lo que ella “inconscientemente” se estaba atrayendo cada vez más la separación, pues como lo escribimos anteriormente, “Lo que temo eso me llega, lo que me atemoriza eso me atrapa” y eso era lo que al final iba a pasar, que llegaría el momento en que aquel matrimonio se desintegraría, pues incluso pasaba mucho tiempo para que tuvieran intimidad, aspecto de dialogo interior profundo y muy necesario para la pareja.
De este ejemplo podemos aprender, que nuestras expectativas subconscientes surgen de la relación con un padre, madre, hermano, maestro o cualquier otra persona cercana a nosotros, la persona que se comporte de un modo semejante será, sin duda, una persona importante para nosotros, ya que en ciertas situaciones nos harán regresar a aquellos momentos en que reaccionamos o grabamos ordenes negativas.
Hace tiempo empecé a pasar por una situación extraña, inexplicable, algo que no me había sucedido, pues de pronto, los contratos que tenía ya con empresas de diversos tipos para: seminarios, talleres, consultorías, implementación de sistemas de calidad, programas de escuela de padres en colegios, etc., se empezaron a posponer o cancelar, lo que me hacía perder o no recibir esos ingresos.
Un seminario que fue programado en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, para una empresa maquiladora, a quien llame una semana antes para confirmar hora, número de asistentes, etc., y quedamos muy formalmente de comenzar el siguiente lunes, por lo que sin ningún pendiente me traslade en mi automóvil a esa ciudad fronteriza, al llegar me reporte con la persona que me había contratado para informarle que ya me encontraba en el hotel y que estaría en la empresa media hora antes de empezar el curso.
No habían pasado treinta minutos de la llamada cuando sonó el teléfono de mi habitación y me sorprendió que el jefe de personal de esa empresa solicitara una entrevista urgente, a lo que accedí y en pocos minutos se encontraba en mi presencia.
La urgencia se debía a que algo había pasado en la planta y el curso no podía llevarse a cabo y esta persona un tanto preocupada por la situación, trataba de darme explicaciones y pedía disculpas por haberme hecho ir hasta allá y que al final fuese un viaje inútil.
Después de una amistosa charla, y de aceptar sus razones para que el curso fuera cancelado y ya en la soledad de la habitación, me puse a meditar cual era la “verdadera” razón de esa nueva experiencia, la cancelación de dicho curso.
Me vino a la mente un recuerdo, una situación, que una vez que la hube analizado, concientizado y perdonado, dejo de tener poder sobre mí.
He aquí la historia: Como les he comentado, en mi adolescencia estudie parte de la preparatoria en Mérida, Yucatán, y ahí trabajaba durante los periodos vacacionales de tiempo completo y en periodos de escuela en tiempo parcial en el aeropuerto, en la oficina de despacho de vuelos y bueno, ganaba algún dinero que daba a mi mamá, para el gasto de la casa.
Mi mamá me daba dinero para ir los miércoles al cine por la plaza de Santa Lucia, recuerdo aun, el cine “Fantasio” de aquella ciudad blanca. Un miércoles por la mañana antes de irme a la preparatoria, le pedí dinero a mi mamá para el cine y ella me dijo: -No te puedo dar, porque no tengo para que vaya tu hermano contigo- (es decir si no podía ir mi hermano, tampoco iba yo!!!). “Pero yo trabajé en la semana y traje dinero y él no” casi le grité a mi madre lleno de coraje y sentimiento. –Pues ya te dije, si no va tu hermano tampoco vas tú- y ahí se acabó la discusión.
Yo me quede muy resentido y prometí esa semana tampoco trabajar y vengarme no llevando dinero a casa.
Ahora bien, ¿Cómo y porque se reflejó ese pasaje en mi actual situación?
La cosa sucedió así: El dinero que obtengo por honorarios de los cursos y consultorías empresariales lo manejo en una cuenta a mí nombre que luego utilizo para realizar pagos de colegiaturas y demás compromisos. En una casa comercial tenía mi tarjeta titular y algunas adicionales, pero en una ocasión me llegó mi estado de cuenta y me percate que se había realizado una compra que pasaba mi límite de presupuesto, y que no había realizado ni autorizado yo, y que me hizo hacer ajustes de última hora y dejar de pagar algunas cosas (para mi personalidad, el no cumplir con eso me causaba mucho estrés) y de pronto sentí un coraje y un disgusto tremendo por esta acción que no me permitía cumplir con lo que yo tenía establecido.
Ese coraje fue el mismo que sentí en aquella ocasión en que no me dieron “mi dinero” para ir al cine y como en aquella ocasión, mi decisión fue “no trabajar” para no tener dinero y que no me lo quitaran.
¿Comprende la situación? Como mi mente me había condicionado a un pasaje negativo y ahora esa era la razón por la que inconscientemente yo estaba ordenando que se cancelaran los cursos programados “PARA NO TENER DINERO”
Por eso no se pase por alto ningún recuerdo de su niñez, pues tal vez, en uno de ellos está la verdadera razón de todos sus fracasos o limitaciones.
Con esto terminamos este capítulo del mecanismo de la mente y empezaremos uno que indudablemente le será muy revelador sobre cuál fue el origen de lo que somos hoy día.
Tal vez la parte más fuerte de este tema que, sin sentirlo, poco a poco hemos ido avanzando y que titularemos “ORIGEN CAUSA Y EFECTO”.
Dios te bendice y te acoge!!!
Despertar…es.
“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”. A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: www.facebook.com/iniciativalaguna.comarcalagunera/ A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 460 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
TORREON, COAH. MÉXICO
MMXVIII