Y TÚ, ¿TRABAJAS CON AMOR PARA GANAR?
Por Gerardo de la Garza Ortega
Conferencista, Motivador Profesional y Director de MOTTIVARE
¡…con la fuerza de la palabra!
Sabias palabras de Osorio. Todavía hay mucho México. Historia conmovedora de dos personajes. Y un chistoretillo, si lo llego a encontrar…
¡Hola! ¿Cómo te va? Mi amigo y distinguido lector. Espero que tengas un día excelente y maravilloso.
A Osorio, ¡vaya que le está arrojando resultados positivos su filosofía! Pero vayamos a la historia de hoy, está bastante interesante, ya verás. Un granjero escocés pobre, apellidado Fleming, cuando se encontraba en su granja cerca de una poza de agua, oyó un quejido que le llamó la atención. Se acercó, para ver quién era el que se lamentaba y para saber qué necesitaba.
Era un muchacho joven que se enredó en una maleza con espinas, que con mucho cuidado y tratando de que las espinas no lo hirieran, lo logró sacar de ese atolladero. El muchacho le agradeció su buena acción, y se retiró para emprender de nuevo su camino, no sin antes preguntarle, dónde vivía, y el granjero le señaló que se encontraba en su propiedad.
Al día siguiente, estando el granjero trabajando en su granja, observa que se acerca un carruaje con caballos de buena raza, extrañándole su presencia en su granja. Se abre la puerta del carruaje y aparece un lord, muy bien vestido, muy elegante y distinguido, y sin esperar nada, inmediatamente le hizo ver el objetivo de su presencia.
Me acaba de platicar mi hijo que el día de ayer estaba tratando de hacer que funcionara su molino, que al oír los gritos de auxilio de mi hijo, no le importó suspender sus labores, y se enfocó en salvar la vida del muchacho enredado entre espinas.
Así fue. Tal cual. Pues yo quiero recompensarlo, por el gesto maravilloso que tuvo con mi hijo. No, no es necesario, no se preocupe, cuando trabajo, trabajo con amor para ganar, pero sin buscar recibir una compensación. Así que, quédese tranquilo. Estaba diciendo esto, cuando aparece de modo fortuito el hijo del granjero, que venía del establo.
El lord, al ver al muchacho, le cuestiona al granjero, ¿es su hijo? Sí, es mi hijo, le contesta. Siendo así, quiero que me dé la oportunidad de darle estudios por lo que le voy a otorgar una beca para libros y estudios.
El hijo sorprendido, acepta la generosidad del caballero, le agradece su gesto maravilloso, y se inscribe en la mejor de las universidades, y le echa muchísimas ganas, para lograr graduarse como investigador científico. Pasa el tiempo, este muchacho logra encontrar la penicilina, como antibiótico para impedir la propagación de enfermedades. Estamos hablando de Alexander Fleming, así es, ¡acertaste!
Y sucede, en otro momento de su vida, igual de afortunado que cuando ayudó al muchacho, que un señor se le acerca pidiéndole que le ayude, porque tenía una enfermedad provocada por un bicho, por lo que, le inyecta la penicilina, y lo saca adelante de su mal.
Pues ese muchacho, curiosamente, ¡era el mismo de la maleza! Pero eso no queda ahí, lo más extraordinario es que ese muchacho, ahora hombre, era Winston Churchill, quien fuera primer ministro inglés durante los años 1940-1945, y 1951-1955.
¡Qué extraordinario dar amor en tu trabajo para ganar! Ok, vamos al comentario chusco:
- Jefe, le pedí la cita solo para comentarle que este mes me han pagado de menos.
- Ya, pero el mes pasado le pagamos de más…
- Sí, lo sé, un error se entiende, ¿pero dos…?
¡Jejejeje!
Volviendo al tema, y tú, ¿trabajas con amor para ganar?
Cierro como siempre, “y a seguir pataleando…, ¡porque no hay de otra!
Bibliografía consultada:
Más de 90 LECCIONES para Elevar tu AUTOESTIMA. Colección Literatura de Superación. Corporación Editora CHIRRE. (Adaptación realizada por Gerardo de la Garza Ortega)
Las imágenes se obtuvieron de los siguientes sitios de internet:
http://www.otromundoesposible.net/
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