Te diriges a Calakmul, sitio que dadas las características naturales e históricas que lo conforman ha sido declarado como patrimonio mixto de la humanidad por la UNESCO, ésta reserva de la biósfera se conecta a su vez con las reservas Maya de Guatemala y la de Sian Ka’an en Quintana Roo, lo cual le da una importante relevancia a nivel mesoamericano.
La región fue un centro de desarrollo Maya de las tierras bajas, como lo demuestran los sitios arqueológicos de Becán, X-pujil, Balamkú y Río Beck entre otros, el imaginar estos pueblos surgidos antes de nuestra era, el desarrollo que alcanzaron en 2000 años, me hace compararlos, casi inconscientemente con los que se desarrollaban en la Europa de la época, te gusta soñar que, sin la contaminación europea, pudimos tener una América más consciente, un pueblo más humano, honesto y respetuoso; un suspiro, largo como cuando besas a tu mujer, te sorprende.
Tomas el último tramo a la antigua ciudad Maya, inicia en la llamada puerta de Calakmul, son 60 kilómetros en medio de la selva, el camino es fascinante, la palabra exuberante, adquiere sentido, la selva parece abrazar al camino, es como una gran cueva con muros y techo de follaje, la dinámica composición de luces y sombras que se forman en el suelo, movidas por el viento superior es hermosa, sacas la cabeza del auto para observar el cielo, te encuentras con el verde en todas sus tonalidades con la luz detrás en el movimiento relativo.
Es un camino de baja velocidad, 30 kilómetros por hora, hay algunos hoyos estratégicamente colocados por el tiempo que obligan al tránsito lento, no está mal, hay animales que viven ahí que pudieran ser lastimados ante el embiste de algún vehículo. Te encuentras con un Tucán, algunas aves y un par de faisanes de colores hermosos, aguzas la vista y el oído, la observación se vuelve parte de tu actitud ante el entorno, uno lleno de vida, una que se manifiesta de un modo diferente al que estás acostumbrado.
Calakmul, ciudad Maya, antiguo reino de Kaan, es un sitio grande, te llevará algunas horas caminarlo, tomas uno de los senderos que te llevan hacia la estructura principal, percibes un movimiento en la parte alta de los árboles, te detienes, es un mono, una de tus hijas brinca y grita emocionada, “un mono, un mono”, sonríes ante su inocente capacidad de asombro, la tomas del brazo para que deje de brincar, le pides que guarde silencio y la invitas a observar detenidamente los movimientos de las ramas, si, comienzan a hacerse visibles, aparecen uno, dos, tres cinco, toda una familia, se balancean, toman un impulso y realizan el salto a la siguiente rama donde de nueva cuenta hacen un movimiento pendular para realizar otro salto, los demás, siguen al primero, te das cuenta del patrón de comportamiento y puedes sacar algunas fotos cuando sabes de antemano por donde pasarán los siguientes, bien.
Por fin llegas a la estructura II, la más alto de la ciudad, en la base hay varias estelas, entiendes que en este sitio se han encontrado muchas lo que confirma su importancia histórica. Comienzas a subir por la escalinata central mientras unos mascarones gigantes flanquean tu paso, casi sientes cómo te observan, has leído que corresponden al 600 d.C., subes en diagonal, a mitad del camino te detienes y te sientas en un escalón para tomar un respiro, un viento suave te recibe, la perspectiva de la ciudad a esta altura es diferente, como lo será en cada escalón donde decidas parar a observarla, como la vida. Sabes que esta estructura se ha modificado siete veces, es decir, es como si existieran seis pirámides más al interior de ésta, también sabes que producto de las investigaciones arqueológicas se ha encontrado al interior un gran friso de 3.5 metros de alto por 20 metros de largo, rico en iconografía maya, portal de entrada al mundo sobrenatural en lo más profundo de esta montaña. Por un momento evalúas romper los candados de la puerta para entrar al túnel, sonríes mientras desistes de la idea, no eres tan osado, continúas el ascenso.
Llegas a la cima, apoyas tus brazos sobre tus rodillas como si estuvieras decidiendo con tu equipo la última jugada en un tercero y 10, mentira, solo estás recuperando el aliento, te levantas y das media vuelta, lentamente, con los ojos cerrados, inhalas y exhalas en repetidas ocasiones hasta que te sientes completamente relajado, entonces, y solo entonces, abres los ojos, un océano verde te saluda, uno como no has visto nunca en tu vida, es conmovedor, casi tanto como el mar azul al que saludas cada día, sigues con el ejercicio de respiración consciente, inhalas, llenas de aire tus pulmones contando los segundos, exhalas, tratas de que el tiempo entre una y otra acción sea el mismo, en equilibrio, como el que buscas en tu forma de vivir, escuchas los sonidos de la selva, sientes la importancia atemporal del antiguo reino de Kaan; te quitas la playera, sientes la brisa, flexionas brevemente tus piernas y visualizas las raíces que nacen en los dedos de tus pies y que se abrazan a la piedra que pisas, abres los brazos y realizas un movimiento circular en tu torso, en uno y otro sentido, con la cadera bloqueada, mueves tus vertebras y conectas tu columna con las siete pirámides de este edificio y su historia, su cultura, su cosmovisión, Maya soy.
P.D. El proyecto más importante del presente gobierno, el tren Maya, habrá de cuidar no alterar sitios reconocidos como reserva mixta de la humanidad; los objetivos publicados del mencionado proyecto (www.tren-maya.mx) son simplemente incompatibles con los criterios marcados por la UNESCO para declarar sitios como reservas naturales, esperemos que los contrapesos que pueda exponer la sociedad pensante, no el congreso, funcionen.