“No hay hechos, solo interpretaciones”
Friedrich Nietzsche
Cada año espero con ansia la ventana del Hanal Pixán, solo para verte.
La oscuridad de los sentidos del inframundo y sus nueve tonos es apabullante, completa, va más allá de la ausencia de luz, la falta de sonidos es desquiciante.
Si, lo que más añoro de ese altar, cada año, es ese trago de dulce licor, el único que calma la sed del alma.
Desde el lugar sin tiempo siento tu llamado, antes se presentaba cada noche, con el paso de los años se volvió cada vez menos frecuente, lo celebro, cuando deje de sentirte, habrás sanado.
Llorá, pero no olvides (fragmento de texto de Mario Benedetti en un contexto del día del muertos mexicano).
Lo único que extraño de la muerte es el silencio, especialmente si me encuentro en una feria mexicana.
Soy hijo del viento, lo amo, cuando no sopla lo fabrico con la ayuda de mi motocicleta, 100, 150, 180, un perro, caigo, luego floto.
Estoy cansado, nado hacia ningún sitio de este inmenso mar, me pongo boca arriba, el cielo y sus nubes, es hermoso, con esto me quedo, ya está.
No, lo único que me molesta de estar muerto es la terrible incapacidad física para respirar en ti, de hundirme en ti.