Una guerra al mero estilo de los reality shows que pasan por televisión de paga es la que se vive en los últimos meses entre el Gobierno Federal (más particularmente del Presidente Andrés Manuel) y Altos Hornos de México (pero más particularmente contra Alonso Ancira).
Resulta que, según las malas lenguas, cuando el jefe del ejecutivo aún estaba en campaña, se acercó a Ancira para solicitar su apoyo durante la contienda por el trono mayor del país, pero éste último no lo atiende por los motivos que sean.
Desde entonces, y a lo largo de la campaña, López Obrador comenzó a atacar deliberadamente a AHMSA por lo ocurrido en 2014 con el tema de la venta de Agro Nitrogenados a PEMEX, con el estandarte de que encarcelaría a todos los corruptos.
Lo anterior obviamente haciendo relación al sobre precio que pagó Petróleos Mexicanos, con Emilio Lozoya como director en aquellos años, por Agro Nitrogenados y Fertinal, empresas que llevaban 14 años sin operar y con 60% de su maquinaria en estado inservible.
Lozoya, quien antes de ser director de PEMEX, formó parte del equipo de campaña de Enrique Peña Nieto en su contienda por la Presidencia de México, la cual terminó ganando, justificó la compra diciendo que esto ayudaría a reactivar la industria nacional de fertilizantes.
Cosa que nunca sucedió… Al contrario, para 2016 se tuvieron pérdidas mayores a las del año anterior y su producción, en lugar de incrementar, bajó.
Aquí entonces la duda nace: ¿por qué AMLO, aún a sabiendas de esta compra que a leguas se vislumbraba como un fraude bien hecho, decide acercarse a solicitar apoyo a Alonso Ancira?
Y lo que es mejor: ¿por qué al obtener esa negativa, recordó este acto fraudulento y lo utilizó como promesa de campaña?
Qué se me hace que este pleito ya no va por el lado del encarcelamiento de corruptos (porque al final tanto Ancira, como Lozoya están tras las rejas). Sino más bien se antoja algo de índole personal.
Andrés Manuel exige a quien quiera comprar AHMSA o fusionarse con ellos un pago de 200 millones de dólares, lo cual, sin contar con un proceso de investigación o auditoría sobre la compra en cuestión, resulta absurdo.
El estado de emergencia económica propuesto por los diputados de la región al Gobierno Federal realmente tiene fundamentos.
Todas las trabas que el mandatario pueda poner para la reactivación de labores en Altos Hornos, derivan directamente en la detención del flujo económico.
Muchas de las empresas no pueden soportar más la inactividad, sin contar las que ya cerraron.
Si bien es cierto que la pandemia tuvo un impacto fuerte en la economía local, también lo es que esta falta de inyección de capital hacia AHMSA no permite que se puedan realizar las contrataciones necesarias a las empresas externas.
Ayer, el alcalde de Monclova Alfredo Paredes, indicó que el Presidente de la República deberá entender que, de mantener su postura, las empresas que aún quedan en la región comenzarán a irse y sería una catástrofe para todos.
Nada más dentro de la realidad; de por sí queda poca industria en la región, como para seguir golpeando la economía por meros caprichos.
Ahora sí que primero lo primero...