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El coleccionista de huesos

Diana Miriam Alcántara Meléndez
Diana Miriam Alcántara Meléndez

Investigar es buscar para entender, para saber, para comprender el porqué de las cosas o procesos; es ampliar el conocimiento a través de la indagación, que lleve a un descubrimiento. Hay un sistema y un propósito, cuyos caminos incluyen desempolvar recovecos, plantear hipótesis, trazar preguntas, observar y deducir, además de, especialmente, perseguir pistas. En suma, en tanto la investigación es un proceso de construcción del conocimiento sobre un aspecto de la realidad, conocer implica observar detallada y rigurosamente, en busca de indicios que ayuden a entender lo sujeto a la investigación.

Esto es lo que hace un detective o policía frente a un caso, reunir información y conectarla, para desenterrar el camino que recorre el criminal, desde qué lo motiva hasta qué busca, cómo opera y cuál será su siguiente movimiento. Puede decirse que el trabajo del detective es, en este sentido, de alto contenido intelectual y, desde ahí, obtiene el poder que le permite avanzar en la resolución del caso, al mismo tiempo que la satisfacción que le motiva a seguir actuando, pues en el proceso desarrolla su capacidad de observación, de análisis, deductiva, inductiva, analógica, percepción e imaginación. Este es el proceso de investigación que toma centro en la cinta El coleccionista de huesos (EUA, 1999), dirigida por Phillip Noyce y escrita por Jeremy Iacone, a partir de la novela literaria homónima, la primera de una serie de libros con el mismo protagonista, de Jeffery Deaver.

El filme es protagonizado por Denzel Washington, Angelina Jolie, Queen Latifah, Michael Rooker, Mike McGlone, Luis Guzmán, Leland Orser y Ed O'Neill. Washington toma el papel de Lincoln Rhyme, un detective con buen ojo para el análisis de evidencia, que tras quedar cuadripléjico en un accidente, está considerando retirarse y solicitar a su doctor asistencia para morir. Sin embargo, un caso llama su atención, traído a él por un detective amigo, que necesita las habilidades de Rhyme para atrapar a un asesino.

Amelia Donaghy, una policía con poca experiencia en el terreno criminal, es la primera en toparse con la primera víctima. Ella acertadamente deduce que la escena del crimen está plagada de detalles que necesitan permanecer intactos para su análisis, pues develan una parte tanto de quién es el asesino, quizá no directamente él, pero sí su perfil, como de quién puede ser su siguiente víctima, así que se asegura de mantener todo intacto.

El asesinato es en sí parte del ‘juego’ del criminal, que coloca cada elemento, desde el cuerpo de las víctimas hasta los objetos que indican destellos de su siguiente crimen, de una forma que ‘digan algo’. Ese algo que ‘dice’ con sus crímenes es un mensaje que debe ser entendido por alguien, el receptor digamos, que debe ser una mente capaz de deducir ese ‘juego’, esas pistas que lleven hacia donde el asesino quiere que se llegue. No son, desde luego, los primeros asesinatos con este modus operandi, es sólo que hasta ahora nadie se había dado cuenta que había un patrón, que el asesino ya había intentado llamar por atención.

Todo está ahí por algo, pero no cualquiera puede deducir qué significa cada elemento. Hace falta astucia, conocimiento, capacidad de análisis y anticipación. Este hombre exige atención, específicamente de Rhyme, a través de los crímenes, de las pistas y de la evidencia, porque sabe que él entenderá, dada su capacidad de deducción, aquello que significa, por ejemplo, el hueso de un animal, un tornillo viejo, un pedazo de papel o el uso de grilletes en lugar de esposas para inmovilizar a las víctimas. El detalle en el detalle habla de que el asesino conoce a Rhyme y/o espera que el detective reaccione intrigado por los crímenes y comience a trabajar en el caso. Nadie piensa sin embargo en esta posibilidad, e infieren que se trata de un asesino que se complace de su trabajo, para quien el juego del ‘gato y el ratón’ está ahí sólo para tentar a la policía.

Pero el asesino se burla y reta, a su manera, dejando indicativos a propósito, no por error. El todo es un rompecabezas que debe armarse, el problema es que la policía no tiene tiempo para adelantarse, como sí el asesino, y tanto Rhyme como los otros detectives no hacen más que reaccionar, seguir los pasos del criminal en lugar de ir más adelante que él.

Lincoln y Amelia están trabajando a contrarreloj tratando de salvar a la siguiente víctima, sólo para, tras el tercer asesinato, darse cuenta que nunca tuvieron tal oportunidad de salvar a nadie, pues las pistas están diseñadas para que encuentren a las personas poco tiempo después de haber muerto, pero no antes.

¿Qué significa esto? ¿Qué dice del asesino? ¿Qué se necesita para adelantarse y prever su siguiente movimiento y ganarle en su propio juego? ¿Existe acaso la posibilidad de lograrlo, o es que el objetivo del criminal no es en sí matar, sino castigar? ¿Son sus asesinatos un fin último o sólo escalones para llegar a un mensaje todavía más escondido entre pliegues? ¿Son los asesinatos dirigidos o son las personas elegidas casi al azar? Entender las respuestas ayudará a conocer más cercanamente el objetivo del asesino, porque si la persona asesinada es al azar y lo importante no es para él quién muere sino cómo, esto significa que su mira no va hacia la víctima, sino que se enfoca en su estrategia de crimen, es decir, cómo mata, cuándo y por qué, no a quién; que es este el caso.

Finalmente Rhyme une una serie de pistas que señalan hacia una editorial y, específicamente, hacia un antiguo libro llamado ‘El coleccionista de huesos’. Entonces descubren que el asesino está reproduciendo todo crimen que aparece en los capítulos de este texto, lo que finalmente les da la oportunidad de llegar a tiempo a la última víctima y salvar su vida, sabiendo por el libro cómo y en dónde sucederá el atentado.

¿Cómo adelantarse al otro, cuando el otro sabe lo que quiere e instala pistas falsas para condicionar tu acción, cuando va ya tres pasos adelante? La atención al detalle cobra vital importancia, lo mismo el conocimiento, la dedicación, la observación y la capacidad de deducción, de analizar, de formular conjeturas pero también de resolver.

Lo que está en juego es la capacidad de comprender la lógica de razonamiento del otro y la intencionalidad de sus acciones. En el caso Rhyme sabe que el tornillo viejo encontrado en la primera escena del crimen, por ejemplo, habla de una víctima retenida en una edificación específico de Nueva York, de acuerdo con las partículas encontradas en la pieza, que indican cuándo y en dónde probablemente fue usado ese tornillo durante trabajos de construcción. Un tornillo de hace 20 años que se encuentra en un edificio ubicado junto al mar, no tiene la misma composición que un tornillo de hace 50 años, de un edificio ubicado junto a un parque. Rhyme no conecta la información ni llega a sus conclusiones por arte de magia, sabe lo que sabe porque se ha documentado de la historia de la ciudad, hasta llenar su base de datos personal, en su cerebro, de información relacionada con sus rincones y sus distintivos que hacen que cada esquina destaque por sus particularidades. Información que como en este caso, se hace sumamente útil.

La misma Amelia descifra con este mismo proceso de análisis que Lincoln es el objetivo final del asesino, cuando, al llegar hacia donde la guía la última pista, un mapa de la ciudad, encuentra en los trenes de la estación a la que la conducen, número que coinciden con el número de placa policiaca de Rhyme. Amelia no llega sólo a una conclusión acertada tras observar los números en el tren, sino que sabiendo que éstos no coinciden con la estación en que se encuentra, pero también reconociendo en ellos los números de la placa de Rhyme, información que nota observando, mientras está en el departamento del detective.

No se trata entonces de coincidencia o de suerte, como sí de capacidad de análisis y deducción. No hay factores de azar, como sí de raciocinio y conocimiento. Hay quien puede creer que lo sabe todo y no saber muchas cosas, y viceversa, pero eso no significa que lo que sabe no es útil, o importante, o vital para algún momento de su vida. Mientras siga siempre investigando y descubriendo, que son también parte innata de lo que hace a las personas seres humanos.

Ficha técnica: El coleccionista de huesos - The Bone Collector

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