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“La amistad es la ciencia de los hombres libres”

Albert Camus

   Tengo la fortuna de contar con amigos entrañables, de esos que nos conocimos desde niños, que compartimos juegos, intereses y por supuesto fiestas, en esos tiempos tempranos encontramos alguna versión del amor, algunos incluso la han conservado desde entonces.

   Juntos crecimos, transitamos y compartimos el futbol, el cine, los bolos, las fiestas, la escuela, el vino, la música, entre otras cosas hasta convertirnos en hombres.

   Después, en las circunstancias e intereses personales, cada uno tomó sus decisiones, hicimos lo que se dice nuestra vida, muchos perdimos contacto, eventualmente alguna reunión resultaba tan atractiva que quienes podíamos, acomodamos nuestras agendas y ahí estábamos, con mas kilos, con menos pelo, con marcas en nuestros rostros, con hijos, jugando futbol, esforzándonos mas allá de los disminuidos límites físicos que obligadamente nos llevaban a alguna lesión.

   Todos hemos cambiado, eso no es malo, es natural en un entorno donde el cambio es una constante, los años nos han vuelto más tolerantes, más sabios dirían algunos, hemos perdido personas queridas, hemos amado, hemos tomado decisiones cada día, a cada momento y la suma o resultante de todas ellas nos ha traído a este preciso momento, nos ha convertido en lo que somos hoy.

   -A veces la vida te regala cosas, y una de ellas son los amigos. Me refiero a amigos de verdad, sólidos y fiables, de ésos a los que, como escribió no recuerdo quién, puedes llamar a las cuatro de la mañana diciendo «me he cargado a un fulano» y se limitan a responder «voy para allá con una pala»- Arturo Perez Reverte.

   Yo puedo contar con mis amigos en cualquier momento, a pesar del tiempo sin verlos, así son, así somos, se siente una tranquila solidaridad que nada tiene que ver con la lealtad que algunos políticos exigen, la solidaridad nos hace sentir acompañados en este tránsito de la existencia que llamamos vida, somos realmente afortunados.

   Hasta antes del 2020 tenía años sin verlos, gracias al COVID, ahora nos reunimos semanalmente, una verdadera maravilla, charlamos, cada quien en su casa, con una cerveza, con un ron o con un vaso de agua, tocamos temas de interés compartido, últimamente nos hemos atrevido a charlar de cosas de las cuales los hombres de este país raramente hacemos, hablamos y nos conmovimos por ejemplo de nuestros padres, lo que significaron para nosotros, cada quien tuvo su experiencia y aquí estamos, hablamos también de los hijos y de su independencia económica, aunque algunos no tienen hijos, las opiniones, sin el sesgo emocional son claramente valoradas. Hablamos del sexo y de como lo vivimos cuando todos estamos arañando el sexto piso.

   Los tiempos de COVID que promulgan una sana distancia, paradójicamente han provocado en algunos núcleos familiares y de amigos un agradable acercamiento, nos hemos decidido a conversar, a expresar cosas que A.C. no hacíamos, a decirnos lo que nos importamos, lo que nos queremos, hemos aprovechado la circunstancia para conocernos mejor, para ser más honestos en lo importante, lo que seguramente nos hará mejores personas.