El fin de este 2021 está a solo un par de días y aún con la pandemia encima ha sido un año que pasó sumamente rápido entre noticias, estrenos cinematográficos, avances científicos, equipos campeones que llevaban años sin serlo, vacunaciones “completas” y un sinfín de sucesos que han marcado 365 días atípicos más. Aún con todo, el mundo sigue girando y los que quedamos aquí continuamos haciendo lo que nos corresponde para ir avanzando, tratando de volver a la normalidad, adaptándonos, evolucionando, cambiando nuestros usos y costumbres, pero sobre todo con la esperanza de que el 2022 será un año mejor. Y es que naturalmente ese es el curso que se pronostica viendo cómo las cosas poco a poco vuelven a lo más cercano a nuestra antigua normalidad, la cual sabemos nunca volverá completamente después de prácticamente un año de parálisis que dejó una marca muy grande en la sociedad y en la economía; es tiempo y dinero que nunca se recuperará, pero como raza predominante en el planeta es nuestra naturaleza y obligación buscar las soluciones necesarias para continuar por ahí como si nada hubiese pasado.
Hoy volteamos atrás y vemos más triunfos que fracasos después de una estampida de malas noticias que nos azotaron y sin duda ese ha sido el mayor de nuestros logros, el cual debemos seguir sembrando durante el próximo año buscando siempre el bien común, mismo que hemos ido adoptando como parte de nuestra conciencia y es algo que teníamos ya muy olvidado. Hoy la empatía que poco se veía anteriormente resurge para dar una mejor perspectiva de lo que nos espera en el corto plazo y me parece que esa es una muy buena noticia. Este fin de año, a diferencia del anterior, nos ha permitido celebrar en familia las fiestas decembrinas y disfrutarnos más de cerca, cosa que habitualmente veíamos como algo normal, pero al poco tiempo nos dimos cuenta de que nos hacía falta… y mucha. Este año por fin logramos olvidar un poco esos malos tragos que todos tuvimos para levantar la vista y ver hacia adelante concentrándose más en lo que debemos hacer y eso está bien.
El camino ha sido largo, sin embargo ya tenemos avanzado un buen tramo de él y los baches cada vez se presentan más distanciados; allanamos el camino y lo vamos domando cual potro silvestre que se resiste a ser útil a su domador sin saber que todo tiene una recompensa y un motivo de ser. Es por todo lo anterior que, en lo personal, creo es un cierre de año bastante positivo que nos deja mucha enseñanza; aún falta bastante, pero sin temor a equivocarme sé que es un muy buen nuevo comienzo. Disfrutemos el cierre de esta vuelta al sol de la mejor manera posible en compañía de los nuestros; abracemos, queramos, perdonemos, porque un día estamos y al siguiente quién sabe. Valoremos realmente lo que tenemos y hagamos nuestro máximo esfuerzo para conseguir lo que nos falta, al final de eso se trata la vida, de cosechar los logros y ser felices con ellos para ponernos nuevas metas y seguir avanzando para alcanzarlos en un ciclo sin fin.
Hoy, mi estimado lector, quiero desearle un feliz año nuevo, que este 2022 comience el día uno con el pie derecho y que avancemos a través de él como en serpientes y escaleras, a veces bajando, pero sin duda siempre subiendo para llegar al final, apostemos nuestros dados con toda la convicción de que obtendremos el mayor puntaje posible, pero sobre todo disfrutemos cada una de las casillas por las que vamos pasando y por las que nos toque repetir. ¡Feliz año 2022!