Victoria Esperanza Salazar Arriaza es el nombre de una persona más que fallece a manos de agentes de la ley, quienes, por el contrario, deberían salvaguardar nuestra integridad a toda costa. En los lamentables hechos que ocurrieron el sábado pasado contra la migrante de origen salvadoreño, quien contaba con visa humanitaria y era en vida madre de dos jóvenes adolescentes, se dejó ver la brutalidad con la que elementos policiacos son capaces de actuar.
Un acto verdaderamente indignante sobre todo después de ver los videos que por redes sociales se viralizaron y, dicho sea de paso, ayudaron a que se ejerciera acción penal sobre los responsables dada la presión social que fue incrementando tras el paso de las horas. Actos que, sin lugar a dudas, hacen que la esperanza en el ser humano se vea mermada.
Todo comenzó, supuestamente cuando ciudadanos reportaron la alteración del orden público por parte de Victoria, reporte por el cual elementos de la unidad 9276 de la policía municipal de Tulum acudieron al lugar para amedrentar a la migrante quien llevaba viviendo ya tres años dentro del país. Sin embargo, por alterar la vía pública, el uso de la fuerza fue definitivamente brutal e innecesario tomando en cuenta que la víctima ya estaba esposada, boca abajo y con todas las de perder.
Parece que, por el motivo que sea, no sólo se trataba de atender un reporte, sino también de algún tipo de rencor hacia la víctima por parte de alguno o algunos de los uniformados que presenciaron y llevaron a cabo tal barbaridad, ya que la saña con la que actuaron contra ella se veía a leguas.
En uno de los videos se logra ver cómo entre dos policías cargan el cuerpo ya inerte de la salvadoreña para subirla a la caja de una patrulla municipal, mientras testigos ciudadanos grababan y no podían dar crédito a tan aberrante acto que se presentaba frente a sus ojos. El abuso de fuerza y autoridad fue claro e innegable, mismo que quedó documentado y que ha sido suficiente para poner en prisión preventiva a los presuntos culpables mientras se determinan las acciones legales contra ellos, que de ‘presuntos’ no tienen nada: son los autores de los hechos y de eso no hay duda.
De no haber visto yo mismo tales evidencias gráficas, simplemente no podría creer que personas dedicadas a proteger nuestra seguridad puedan actuar de esta manera; es decir, todos sabemos que de la policía debemos cuidarnos, porque tal parece que en vez de vigilar, tratan de sacar provecho de sus puestos (claro, no generalizando), pero llegar a estos extremos y poder cometer este tipo de crímenes con la mano en la cintura es lo que no tiene perdón, es inconcebible, y más aún viendo el hecho de que ninguno de los elementos, presenciando tal atentado contra la humanidad de un individuo, hubiera hecho algo para terminarlo, sino que simplemente se dedicaron a ver cómo moría una persona.
Todo esto nos recuerda al caso de George Floyd, un afroamericano de 46 años que falleció de una manera muy similar en Minneapolis, Minnesota, Estados Unidos, debido al uso de la fuerza excesiva de un elemento policiaco que, finalmente, terminó matándolo.En aquella ocasión la indignación y los movimientos no se hicieron esperar, incluso en México se realizaron marchas para acabar con el abuso de autoridad en todo el mundo, pero que pase esto en nuestro país nos convierte en una burla mundial. Claro queda que no sólo los gringos están lo suficientemente locos como para asesinar a una persona por un delito menor, sino que acá no cantamos tan mal las rancheras.
#JusticiaParaVictoria
Twitter: @rockrdz