Seguiremos sin rumbo
La Selección mexicana de futbol es única. Es una máquina de hacer dinero antes que nada, no es ninguna novedad lo que digo pero vale la pena recordarlo cada vez que vayamos a analizar qué pasa con el TRI.
Hoy es todo tristeza y coraje por perder con el rival que odiamos. Sumémosle que los norteamericanos no estaban con su selección estelar, o sea, nos ganaron con su equipo B. ¿Despedir al Tata Martino? ¿Para qué? ¿Quién vendría? ¿Qué cambiaría?
Nuestro futbol no está en retroceso pero sí en un muy lento progreso porque simplemente no hay proyectos deportivos a largo plazo. Como en todo nuestro deporte (hoy lo vemos en los olímpicos de Tokyo) son esfuerzos individuales los que provocan que la rueda se mueva, en cuestión futbol las ideas para proyectos integrales como los de Pachuca, Santos y América son lo que nos mantienen con gente fresca en quien confiar para el futuro, sin embargo, se requiere mucho más, necesitamos por lo menos 30 jugadores más en Europa y no es cliché, dejémonos de complejos, jugar en Europa es jugar y progresar al lado de los mejores, dejemos de exigirle a cada muchacho que se va que sea el próximo Hugo Sánchez o Rafa Márquez, que cada quien haga su historia a medida de sus capacidades.
El círculo vicioso de cada cuatro años va a continuar con el entrenador que sea si no afinamos nuestros objetivos incluso como afición, el quinto partido y demás no llegarán trabajando así, seguiremos fracasando inevitablemente si el TRI sigue siendo solamente un negocio, la cosa está muy clara: si en sub 17 y Olímpicos hemos sido campeones, quiere decir que sin dudas nuestros futbolistas pierden con los años nivel competitivo por no medirse todos o la mayoría contra los mejores del mundo. La realidad hoy nos estalló otra vez en la cara pero son los mismos que manejan a la selección los culpables directos de que esto pase.
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