Recuerda…
Hay muchas personas que son muy sinceras, pero no tienen Tacto para decir las cosas y algunas se esconden en que -¡Yo soy del norte y los del norte somos muy francos o bien yo no tengo pelos en la lengua para decir lo que siento! Tal vez sean muy sinceros, pero a veces lo hacen solo para molestar a los demás.
Hay una prueba del tacto, para ver cómo andamos en este talento o cualidad. Hagámosla ahora para que gráficamente veamos lo que pasa cuando sucede esa situación negativa. Tome una hoja de papel de máquina, haga una pequeña bolita con ella, apriétela. Ahora trate de dejar el papel como estaba antes de que la arrugara. ¿Verdad que ya no vuelve a quedar igual? Ya que por más que la alise, la planche, que quiera quitarle las arrugas, esto será totalmente imposible. Eso mismo sucede con las personas a quienes les hacemos un desprecio, una broma pesada, les ponemos un apodo, los invitamos a una supuesta cena para humillarlos, les hacemos un juicio sumario, les decimos una mentira, les hacemos una mala cara, les levantamos un falso, nos burlamos, etc., después por más que pidamos perdón ya no son las cosas igual.
Perdono, pero no olvido, dicen algunas personas.
“De hoy en adelante, trataré a los demás, como quisiera que los demás me trataran a mí”. Esta es una regla de oro, si somos conscientes de nuestra actuación antes de ofender, de decir las cosas, veremos si no vamos a lastimar con nuestras palabras o actitudes, pues muchas veces no es tanto lo que decimos, sino “como lo decimos”.
En un diplomado reciente, cuando estábamos tratando lo del Tacto, me decía un gerente: como no estuviste una semana antes en mi empresa, pues tuvimos un incidente bastante grave –me comentaba muy apenado-.
Resulta que como los trabajadores empiezan sus labores a las ocho, la empresa daba un descanso a las diez de la mañana, de diez minutos para comer un lonche y tomar un refresco.
Uno de los empleados trajo su lonche y lo puso en su banco de trabajo y alguien por hacerle una broma se lo escondió. –Denme mi lonche- suplicaba a sus compañeros, se va a terminar el descanso y no voy a tener tiempo de comer. Todos sus compañeros solo se reían de su impotencia, cuando sonó el timbre indicando que el tiempo se había terminado, alguien disimuladamente dejó la bolsa con el lonche, pero él alcanzó a ver con el rabillo del ojo quien había sido: pero vas a ver infeliz, me las vas a pagar, amenazó a esa persona.
El día siguió transcurriendo, y en cierto momento cuando la persona de la broma pasó cargando una viga de metal, por el lugar donde estaba trabajando la persona ofendida, éste le dio un fuerte empujón a la viga, lo que hizo que aquel perdiera el equilibrio y se fuera trastabillando hacia atrás, hasta que tropezó con unos materiales que estaban en el suelo, cayendo aparatosamente y lastimándose el cuello. Al apoyar sus manos sobre los citados materiales, tomó lo primero que sintió cerca de su mano, que resultó ser un pedazo de varilla y se lo lanzó a su compañero de trabajo, con tan mala suerte que ésta se le hundió en el estómago. Uno fue a parar al hospital y el otro a la cárcel, ¿Y todo por qué? Por una broma pesada.
“Si no puedes decir algo agradable de alguien, mejor no digas nada”. Esta es otra recomendación que hago, si no tiene nada agradable que decir mejor cállese, pues dicen que es más fácil detener una locomotora a toda velocidad, que una palabra una vez que sale de nuestros labios.
Luego es muy común que estemos platicando con un grupo de personas y sale la pregunta: ¿Oye, conoces a fulano de tal? –realmente no lo conocemos a fondo, a nosotros no nos consta en lo personal nada de lo que se dice de esa persona, pero luego luego sacamos el veneno y decimos con toda la seguridad del mundo: Sí, es un ratero, o un homosexual, o un drogadicto, o un traficante, etc., etc. Ahora bien, si algo de eso nos consta ¿Quiénes somos nosotros para juzgarlos?
Recuerde que en un principio dijimos que todo lo que decimos se va a saber tarde o temprano. En una ocasión un matrimonio aparentemente muy amigo de otro decían: “Que no sean nuestros representantes, son un matrimonio mal avenido”, y vaya si se supo quién y a quien lo dijera. Así que esa persona algún día lo va a saber y no nos imaginamos como va a ejercer su venganza contra nosotros.
El mundo da muchas vueltas y quién le dice a usted que esa persona será un día alguien de quien dependa, tal vez en un futuro sea la persona con quien tiene que arreglar un trámite oficial, o quien decida su ingreso o no a alguna empresa, etc., y si usted de alguna manera la tiene ofendida, ¿Cómo cree que va a reaccionar contra usted?
Así que con todo lo que hemos visto, ¿por qué no tratar de la mejor manera a todas las personas que nos rodean? No nos cuesta nada y sí ganamos mucho… Dios te bendice y te acoge!!!
Despertar…es
“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”. A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: [email protected]. A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 700 artículos de su interés: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/blogs/famili
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
TORREON, COAH. MÉXICO
MMXXII