Se acerca el Mundial de Qatar 2022 y el personaje más odiado en nuestro país es otra vez, como siempre que se acerca o termina una copa del mundo, el director técnico de nuestra selección. ¿Por qué pensaremos que toda la culpa la tiene nuestro entrenador? ¿Así de limitados somos al pensar sobre futbol? No voy a entrar en detalles muy profundos sobre lo que hace el Tata, prefiero entrar mejor al porqué somos tan predecibles como afición. Ya no vale decir que nos engañan las televisoras, ya por dios, ya estamos grandecitos para saber que no somos potencia mundial y que llegar al quinto partido significa ser de los mejores ocho del mundo.
El Tata Martino lleva el proceso normal que todo técnico que viene de fuera para manejar a nuestra selección vive, primero es el ¿México? ¿Por qué no? Después viene el ¿Caray, dónde me metí? Y en este momento está en: “Ya que se termine esta pesadilla”. La silla de nuestra selección es una muy particular, la exigencia es estar entre los 8 mejores en el mundial pero no se dan las herramientas, siempre parece que si, se empiezan a dar a cuentagotas pero invariablemente pasa lo mismo, primero el negocio y hazle como puedas. Al técnico nacional se le acaba prácticamente abandonando en el momento más importante, cuando necesita más apoyo porque la afición y en ocasiones sus propios jugadores, ya no creen tanto en él.
Pasó con Juan Carlos Osorio en el pasado mundial. Ganó dos partidos y en el tercero se abandonó, se traicionó, ya no supo o no pudo convencer a sus jugadores, la avalancha de la presión del quinto partido lo había rebasado. En 45 minutos echó a la basura lo que tan valientemente había defendido. Terminó como todos y dos años después que habló quedó como un triste y frustrado perdedor. Así fue, yo creía en él y me decepcionó, por más de entender lo que se vive en esa famosa y costosa silla.
Tata Martino llevó a Paraguay, si a Paraguay al quinto partido en el mundial del 2010, no iba con la presión demencial de ser de los ocho mejores pero lo terminó logrando. Se fue pasito a pasito, empató con Italia a cero goles, venció a Eslovaquia 2-0, y empató a cero goles con Nueva Zelanda, lideró su grupo con 5 puntos y enfrentó a Japón en octavos de final. A los nipones los eliminó en penales, en el tiempo regular no se hicieron daño. Llegó al quinto partido y enfrentó a España, cayó apenas 1-0 falló un penal y perdonó varias veces. España terminó siendo el campeón del mundo.
Tata Martino así jugará en Qatar, pasito a pasito, al 1-0 y a cobrar. A ver si le sale.
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