Son principios de los 90, el país está revuelto. La locura, suelta. El rock en los Estados Unidos vive una nueva revolución; es el adiós a las viejas fórmulas. Desgastadas, repetidas hasta el hartazgo. En México, una ola de nuevos músicos busca adoptar su propio estilo, y sobresalir. Habrá que encerrar toda esa locura que flota en el ambiente, ¿y dónde mejor que en La Castañeda?
El grupo que irrumpió a principio de la última década del milenio anterior con su disco Servicios Generales II celebra 33 años de dedicarse a lo que tanto les apasiona: la música.
“Ha sido un trabajo, nosotros vivimos para esto”, explica Omar de León, tecladista de la banda. “Dicen que cuando haces lo que te gusta, hasta de gratis lo haces. Primeramente, es una pasión, un gusto que tenemos. Pero lo más importante que nos ha mantenido juntos, que nos ha permitido superar nuestras diferencias, la convivencia entre personas durante más de 30 años, que no es fácil, es el público que todavía asiste a nuestros eventos”.
Omar le da crédito a las nuevas generaciones. Recuerda que hace no mucho estaban en una mini gira por Aguascalientes, León, San Luis Potosí y Querétaro cuando “se acercaban muchos chavos con los que estuve platicando, porque siempre trato tener contacto con ellos. Me decían: ‘yo los conocí por mi tío, por mi hermano mayor, por mi papá’. Había otros que nos decían: ‘es la primera vez que vengo a un concierto de La Castañeda, porque ya soy mayor de edad’. Por lo general, a los conciertos de rock los menores no tienen acceso. Eso es algo que te motiva, que te refresca, ver cómo la gente va descubriendo tus canciones. Platicaba con un chavo que me decía: ‘escuché una canción que se llama Transfusión y me enamoré’. Era una canción nueva para él. Cuando se enteró que tenía 30 años de haber sido compuesta se sorprendió mucho, empezó a descubrir todo lo que es La Castañeda”.
La banda de Ciudad de México está por llevar esa celebración al máximo. El sábado 2 de julio se presentarán en el teatro Metropolitan con un espectáculo único.
“Estamos en la recta final, muy emocionados porque vamos al teatro Metropolitan, en el centro de la Ciudad de México, a dar un espectáculo muy al estilo de La Castañeda, donde se juntan rocanrol, buena música, buenas letras, trabajo de escenografía, disciplinas de otras artes, como danza, performance, actuación y todo un despliegue visual. Es un show súper grande, nos tiene muy emocionados, son 33 años y una semana después estaremos en el Café Iguana, en Monterrey, para compartir con toda la banda de Monterrey”, dice Oz, el guitarrista.
El concierto en la Sultana del Norte, programado para el sábado 9 de julio, “va a estar adaptado, por el foro, pero sí va a ser un show muy interesante, vamos a llevar una probada de lo que haremos acá (en CDMX)”.
“Estamos muy contentos de regresar al norte, y muy agradecidos. Hace muchísimo que no vamos a Monterrey a tocar y es una plaza muy importante para nosotros, es un reencuentro. Quisiéramos ir a todas las plazas, desafortunadamente no todo se puede. Invitamos a toda la gente que esté cercana para que vayan”, continúa Omar.
¿Y cómo es que el rock no muere?, les preguntó. “El rock soporta todo. Vienen modas, vienen tendencias que ocupan todos los medios, todas las pantallas, ocupan toda la atención y luego pasan. Y eso no sucede con el rock, el rock siempre está ahí y se renueva. Cuando ya pasa lo que está de moda, lo que tiene contenido y tiene corazón, lo que tiene buenos cimientos, siempre va seguir ahí. No solamente en el rock, en la música en general, la música que está hecha con pasión, no envejece. Al contrario, se va fortaleciendo con el tiempo”, explica Omar.
Pero el mundo no se detiene y en ese constante movimiento, y más de tres décadas en la escena, los integrantes de “La Casta” han tenido que adaptarse a cada cambio, aunque saben que la esencia de lo que los mantiene unidos sigue ahí.
“Nosotros lo hemos vivido, nos hemos tenido que adaptar. Nuestro primer disco fue grabado en vinil, luego pasamos al casete, luego el CD, todo lo que ha sucedido hasta llegar ahora a las plataformas digitales. Igual ahora en la manera de grabar. Antes se grababa en formatos análogos, muy bonitos y eso ha ido cambiando y no queda otra más que adaptarte y seguir. La composición de la música sigue siendo la misma. Lo que cambian son las herramientas.
“Los medios de comunicación también han cambiado. Cuando nosotros empezamos, el rock estaba estereotipado, como ‘háganlo a un ladito’, como que ‘mejor escondidito’. Después hubo una apertura de los medios, que reconoció al rock y también las otras compañías disqueras, y ahora ya prácticamente la gente escucha lo que quiere en las plataformas y eso hace que la música sea un poco pasajera, porque los chavos ya no escuchan un disco completo, ya no tienen esa costumbre de tener un disco, ver la portada y cómo fue grabado. Todas esas cosas son situaciones a las que tienes que tenemos que irnos adaptando e ir moldeando para seguir en esto. Yo a veces me pregunto ‘quién sabe qué venga’. Yo nunca me imaginé, cuando empezaba, que la música se iba a escuchar en una plataforma digital.
“Cuando nosotros comenzamos, no estaba muy fácil el rock. Se construyó el camino que fuimos recorriendo, no es que se haya dado por arte de magia. Costó trabajo hacerlo. Los grupos de los que venimos, somos bandas que no intentábamos parecernos a nadie más y había otras que sí querían parecerse a las bandas argentinas o a las españolas; es muy claro quién sobrevivió y quién se quedó en el camino. Eso no ha cambiado mucho, es lo mismo que sucede ahorita”.
¿Cómo es su forma de componer?
“Hay muchas maneras, no hay una fórmula en específico. A veces las canciones las tienes en un 80 o 90 % ya hechas y hay otras que solo llevas una idea, llegas con tus compañeros y todos empiezan a colaborar. Nuestra forma de componer ha crecido mucho. Yo te puedo componer una canción para los instrumentos, pero a veces las dejo a medias para que mis compañeros aporten. Le pongan un poquito de lo suyo y hagan la canción suya, que la sientan. Todo es por el bien de la canción, que es lo que la canción necesita.
“Lo que pasa en La Castañeda, si escuchas los discos vas a darte cuenta que no hay género o fórmula que sigamos. Lo que nosotros hacemos es que nuestra música sea muy variada. Tratamos de que siga siendo así. Nos encontramos grabando nuevo material, tú escuchas las canciones y ninguna se parece a la otra. Se trata de tener esa libertad de poder abordar todos los géneros musicales que nos gustan o queramos y también en el gusto de la gente, que haya de todo.
Lo que se viene
La Castañeda trabaja en un disco nuevo, material inédito, sin fecha de entrega aún. “Tenemos pensado que se presente antes de que se termine el año, no hay una fecha aún. Cuando sintamos que esté listo. Todo se tiene que ir acomodando. Estamos tratando de retomar ese espíritu con el que fue hecho ese disco, Servicios Generales II. Es un disco muy extenso y variado”.
Primero, habrá que ir a disfrutarlos en directo, porque como reflexiona Omar, “cada vez que una generación joven descubre tu música, haz de cuenta que tu música es nueva. Está siendo escuchada por primera vez. Eso es un regalo que nosotros agradecemos mucho y que nos permite seguir haciendo nuestro trabajo, lo que nos gusta. Un saludo a todos por allá (el norte), ojalá se den la vuelta y si no es posible, que estén en contacto por medio de las redes sociales, nosotros estamos siempre al pendiente de lo que sucede ahí”.