Nubladito, nubladito
Nuestra selección mexicana de futbol está a punto de firmar uno de sus peores papeles en copas del mundo. Si algo increíble no sucede, el miércoles estaremos eliminados de Qatar 2022 en fase de grupos, en un sector que no parecía por lo menos en el papel ser muy complicado. Sin embargo las complicaciones se dan de manera natural cuando tienes a un equipo tan limitado como el nuestro, es la verdad, no le metemos gol ni al arcoíris, no generamos ni de milagro alguna jugada elaborada de peligro, es más, ni elaborada ni no elaborada , ni siquiera una chiripada. Un técnico terco que con escasa herramienta no sabe aprovecharla, insiste con muertos vivientes. Así no se puede.
Los muy animados creen en el milagro, hay dos escenarios para creyentes: Polonia le gana a Argentina por cualquier marcador y nosotros le ganamos a Arabia por cualquier marcador, se dice fácil pero está en chino. En chino antiguo está la opción 2: Argentina golea a Polonia 3-0 y nosotros le ganamos a Arabia por dos o más goles. Usted dirá: bueno, no está tan difícil, capaz se da y si, lo entiendo que así en texto no se ve tan descabellado, sin embargo le recuerdo algo que quizá le quite el optimismo: En el escenario que quiera para que México califique se necesita anotar si, meter aunque sea un golecito y ese es el problema, está selección no da la más mínima esperanza de que por ahí anote. En fin. El miércoles lo más seguro es que nos regresemos a casa haciendo un ridículo monumental.
Y el futuro nublado, nuestra selección es inevitable que siga siendo el mejor negocio de nuestro futbol. Inexplicablemente su popularidad en el mercado estadounidense cada vez crece más a pesar de que se dedican a ofrecer en su mayoría unos partiduchos que rayan en la burla. Un proyecto deportivo serio nunca se hará y sin eliminatorias menos. Nuestros directivos que son los dueños de los equipos de La Liga MX se están lamiendo los bigotes ya haciendo cuentas del dineral que dejará todo el proceso que culminará en el 2026 seguramente con otra falla en la conquista de los objetivos planteados. Es un loop diabólico un carrusel interminable, The endless river dice Pink Floyd.
Separar a nuestra selección de La Liga MX, que no tenga dueños, que no sea manejada como un club más. Son sueños guajiros, es demasiado bueno el negocio, necesitamos de un genio que sepa aplicar un sistema en donde convivan un negocio despiadado y un proyecto deportivo serio. Siempre nos hacemos ilusiones pensando que ahí viene ya, nos dan esperanzas un técnico nuevo de fama internacional y directivos que parecen ecuánimes. Hoy ni eso, al frente de selecciones está Jaime Ordiales, solo falta checarle su trayectoria para saber que es más de lo mismo, posteriormente viene lo importante: ¿después del Tata quién? ¿Almada? ¿Gareca? El que venga lo veremos en tres años odiado y con más canas, las muestras del desgaste de tirarse a un precipicio llamado selección mexicana de futbol.
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