Que no haya milagros
¡Ya basta! Es lo mejor. Si hoy no se vio a un Santos hambriento de liguilla para qué seguir con la esperanza de una serie de milagros en la última fecha del campeonato. Ya mejor que se termine todo y nada maquille este pésimo semestre de directiva y jugadores. A Santos Laguna aún se le mueve una patita, necesita ir a ganar a San Luis y que se den una serie de resultados en donde solo el azar ayudaría. Es lamentable y muy triste decirlo pero este equipo de Fentanes no calificará ni siquiera a la repesca en donde se meten 12 equipos de 18 que compiten. Terrible fracaso.
Como todo fracaso deportivo, no es culpa de una sola persona, es la combinación de una serie de malas decisiones y porque no decirlo también de mala suerte o de situaciones inesperadas. El primer error definitivamente fue dejar ir a Guillermo Almada, el profe uruguayo era el técnico ideal para un equipo que se maneja con el estilo de Santos, los jugadores estaban muy acostumbrados a él y quizá con algunos ajustes hubiera bastado para que Almada se quedara. El otro factor que movió toda la planeación semestral del equipo lagunero fue el caso de Alessio Da Cruz, el neerlandés resultó ser un personaje muy peculiar que terminó por romper la armonía que aparentemente aún había entre directiva, grupo de jugadores y cuerpo técnico, imposible calcular eso, sin embargo, el plan b Caixinha salió peor.
Ante la salida de Almada y los problemas con Alessio las malas decisiones como les comentaba iniciaron con traer de vuelta a Pedro Caixinha, un técnico igual de intenso que Almada pero más intratable. El grupo tronó rápido no hubo de otra que echar la marcha atrás y traer a gente de casa para el bomberazo. Fentanes, Figueroa y Tapia hicieron lo que pudieron.
Al salir Alessio se necesitaba otro delantero y esta directiva se quedó pasmada. Increíble pero por algún momento pensaron que se podía encarar un semestre que incluía Concachampions con Ignacio Jeraldino como centro delantero titular. Hasta que el América increíblemente llegó y compró a Juan Ferney Otero, la diligencia albiverde espabiló por la presión de la gente y se trajo un buen delantero como lo es Harold Preciado.
Que no haya milagros, que directiva y jugadores mastiquen su fracaso y sea el inicio de una verdadera mejoría que se merece este equipo que ya se estaba acostumbrando a ser grande y hoy sufre uno de sus peores momentos deportivos.
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