Es impresionante los pasos que ha dado la humanidad gracias a la tecnología. El ejemplo más cercano de ello es la creación de las vacunas contra el COVID-19, vacunas que en otras enfermedades presentes han tardado años o décadas, en este caso fueron desarrolladas en pocos meses y por lo que han mostrado hasta ahora, han sido muy efectivas. La tecnología no sólo nos sorprende en el ámbito médico, en el alimenticio hoy se produce usando menos agua, se tienen variedades de frutas y verduras resistentes a enfermedades y a plagas. En la educación, ya nadie tiene enciclopedias en casa, salvo como un adorno-recuerdo de la gente mayor que se hacía de una para que los menores aprendieran. Hoy se tiene mucha mayor información, mejor explicada, interactiva y reciente, desde la comunidad de un celular.
Hace pocos años hacer trámites bancarios como mucho se llegaba a hacer a través de llamadas telefónicas, si no es que directamente haciendo fila en una sucursal bancaria. Hoy se pueden hacer pagos inmediatos con un código QR o con el número de la tarjeta desde el teléfono móvil o desde casi cualquier tienda de autoservicio.
En general, la tecnología nos ha hecho más cómodos, pero también hemos sufrido una especie de robotización, si no es que directamente nos ha hecho algo tontos. Por ejemplo, para buscar en internet nos enseñaron que teníamos que utilizar ciertas palabras claves, para quienes crean contenido nos indican que debemos generar etiquetas de palabras (hashtags) para que nos entienda mejor “el buscador”, que al final jerarquiza la información y la entrega a quienes buscan, ordenada con algoritmos de machine learning. Y de pronto nos tienen hablándole fuerte y claro a los asistentes de voz… Oye Siri, Hey Google, Alexa. Les hablas fuerte y claro y no te molesta, porque sabes que así se les debe hablar.
Ya nadie se sabe los números de teléfono importantes. Sabías el de tu casa obviamente, el de tu pareja, el de tus papás y algunos otros, ahora los tenemos guardados en el teléfono. Conocemos personas que no saben su propio número telefónico.
¿Hacer cuentas mentales? imposible, para eso está el celular. Los libros también han sido desplazados, pero aunque quienes seguimos leyendo en papel creemos que no es la misma experiencia aunque ciertamente puede ser más cómodo al aumentar el tamaño y contraste de lo que se está leyendo o directamente utilizar audiolibros y listo, ni siquiera hace falta leerlos.
Aparentemente ya no hace falta recordar, porque todo lo tenemos apuntado. Un recuerdo como se sabe, puede sufrir cambios en nuestra mente… puede ser distorsionado y a ojos de otras personas, sonar exagerado al ser contado a través del tiempo. Pero algo almacenado de forma digital es lo mismo y ahí está nuestro teléfono para recordarlo.
Feliz Navidad
Esta navidad vuelve a ser algo como lo que fue en años pasados, donde las familias se están reuniendo después de meses sin poder estar juntos debido a la pandemia que nos ha marcado en mayor o menor medida. Triste es para aquellas familias donde se han ido abuelos, padres, tíos o algún familiar cercano, pero feliz para aquellos que se puedan abrazar y convivir después de estar separados. Es posible que el siguiente año sea el fin de la pandemia, cada vez hay más vacunados y están surgiendo nuevos métodos para tratar el COVID-19, como las pastillas de uso doméstico, que no requieren los cuidados ni la delicadeza con la que hoy se debe tratar una vacuna. Eso es motivo de esperanza para esperar que en algún momento de 2022 se pondrá fin a la pandemia como tal.