Se nos va…

Se nos va… 

Solo cuatro partidos le quedan a Qatar 2022. Un gran mundial que sinceramente me ha sorprendido. Esperaba mucho menos y ha sido uno de los mejores que me ha tocado ver y disfrutar porque sinceramente, todos los mundiales se disfrutan, quien diga lo contrario, miente. Se vienen unas semifinales de miedo: Argentina vs Croacia y Marruecos vs Francia. Messi vs Mbapeé marca la lógica para jugar la final pero si algo ha tenido esta copa del mundo son sorpresas y en la semifinal veremos por lo menos una, de mi se acuerdan.

En el camino se ha quedado Brasil, otra vez dando la sensación de ser los mejores pero también de no terminar de comprometerse en un partido en donde debieron correr más y dejar de buscar el lujo para anotar y después bailar. Croacia hizo un partido perfecto pero lo perdían con un gol indefendible y lleno de magia del astro Neymar, sin embargo, los balcánicos jamás se caen ni se rinden, consiguieron el empate cuando los cariocas ya pensaban cómo festejar cuando el árbitro pitara el final. El empate desmoronó moralmente a los del hoy desempleado Tite mientras que llenó de fuerza y seguridad a Modric y compañía. En los penales quedaron fuera los brasileños. El fenomenal arquero croata y la frialdad de sus lanzadores sentenciaron. 

Marruecos es la sorpresa. Dejaron fuera a Portugal con un Cristiano Ronaldo suplente. Los compañeros que salieron a defenestrarlo, demostraron no estar a la altura del reto. El técnico Fernando Santos al que Cristiano se cansó de salvar sobre todo en los últimos años, se ofendió por un gesto de CR7 y lo relegó a la banca, se confundió por golear a Corea sin su figura y repitió el error cuando más lo necesitaba. Habrá que seguir viendo en el futuro a Portugal sin Cristiano y con Fernandes y Bernardo llevando la batuta a ver si se acercan a ganar algo. 

Argentina con festejos excesivos y groseros dieron la nota desagradable de este mundial. No me espantan ni me sorprenden las burlas o protestas de Argentina cuando gana o pierde, por tradición no saben perder pero menos saben ganar. La lista es interminable y lamentable. Los futbolistas son reflejo de su país y hoy la Argentina es una nación confundida, muy dividida, gobernada por ladrones y con una carga histórica muy pesada llamada peronismo que los ha llevado de ser una nación próspera a una quebrada, repleta de gente que vive de migajas del gobierno y siempre sacando la actitud de barra brava cuando la situación se complica. Una actitud que nace en la era maradoniana y que a muchos, me incluyo, alguna vez nos engañó y se nos hizo muy padre. 

De Francia dire poco: será bicampeón. 

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