Recuerda…
Dicen que la vida del hombre se divide en décadas, vamos a ver cuál es su década ahora y tratemos de ubicarnos total y definitivamente en la vida.
La primera década es la niñez: corresponde desde que nacemos hasta el año diez. Esta época maravillosa de nuestra vida, donde todos fuimos tan felices, o por lo menos así nos pareció, en esos tiempos no teníamos ningún problema, pues al niño no le importan los desvelos de sus padres, los compromisos económicos, las situaciones sociales, el desempeño en el mundo, la deuda exterior, si gana el PRI, el PAN, el PRD o quien sea, se entretiene con cualquier juguete si lo tiene y si no, lo inventa.
En alguna ocasión que regresaba de la ciudad de Querétaro, Qro., en la madrugada, estando en la central camionera de aquella ciudad y que por cierto era tiempo de frío, como a las dos de la madrugada, ahí en una de las bancas de la sala de espera, estaba una mujer de condición (por su apariencia) muy humilde, con un niño en los brazos, arropado con su rebozo ya bastante raído, y otro niño como de dos años, que a sus pies jugaba con dos muñecos de plástico con las figuras de conocidos luchadores, estaba tan entretenido con su juego, que no le hacía ni el frío ni lo duro del piso, para él no existía la noche, todo lo que le importaba era su juego.
Y usted en su niñez ¿cómo la pasó? Cierre sus ojos y traspórtese a ese tiempo. ¿Verdad que fue maravilloso? Pero ¿Cuánto duró ese tiempo?, parece que fue un suspiro, pasó tan rápido, que ya cuando menos lo pensamos pasamos a la segunda década.
La juventud es la segunda década que vivimos y corresponde al periodo entre los once y veinte años. Pasando por la infancia y la pubertad, esa época dorada, donde los jóvenes creen que se pueden comer el mundo, donde todo parece tan fácil, donde parece que nunca llegaremos a viejos, donde no aceptamos consejos de nuestros mayores. Decía monseñor John Fulton J. Sheen, siendo obispo de New York “Lastima que la juventud se desperdicie en los jóvenes”, pues teniendo toda la energía, toda la libertad, todo el poder, toda la lucidez del entendimiento, ¿En que lo usan?: En hacer huelgas, en encerrarse en sus recamaras y poner sus estéreos a todo volumen, en Marihuana Party, en pintarrajear paredes, en fin, en perder el tiempo como los tan de moda “Ni-ni’s” (claro que hay excepciones) y el padre dice: “Mira hijo, termina tus estudios, ahora que no tienes ningún compromiso, mira como yo he sufrido para darles a todos ustedes las comodidades, pues yo no estudié” y el hijo contesta un tanto molesto y hastiado de que se le llame la atención constantemente: “Pues sí sufrirías padre, pero tal vez porque eras muy bruto, pero yo no, ya no son tus tiempos, ahora todo es más fácil” y sale dando un portazo.
Pero también esta década pasa muy rápido y cuando menos pensamos ya estamos en la tercera década, la Ubicación: Ésta que corresponde del año veintiuno al treinta y que es la década de la ya tenemos veintidós, veinticuatro años, ya queremos casarnos, tener nuestra propia casa, ya nos molesta que nos llamen tanto la atención, “sentimos que ya se nos está pasando el tren” ya queremos trabajar tener nuestro propio dinero ya no queremos depender de nuestros padres, queremos la libertad. Ya andamos muy en serio con la novia (o el novio) y nuestros padres nos dicen: “Mira hijo termina tu carrera y luego te casas”. “Pero es que yo puedo muy bien estudiar y trabajar” –contesta muy dueño de sí mismo el joven-.
Y llegamos a la cuarta década, la consolidación: tal vez, la más importante de nuestra vida. Que comprende del año treinta y uno hasta los cuarenta. Cuando hemos trabajado en nuestra vida, con una meta definida, cuando realmente sabemos lo que queremos, cuando tenemos un objetivo claro en nuestra mente, a este tiempo ya deberíamos estar perfectamente bien ubicados en todos los niveles de nuestra vida.
Si terminamos ya nuestra carrera profesional y a los veintitrés años pusimos nuestro despacho, bufete, consultorio o negocio, a los cuarenta ya tengo perfectamente consolidada la clientela, los hijos están ya bien encaminados en la escuela, ya deben estar por lo menos en secundaria, la casa ya debe estar totalmente pagada. Si trabajamos para alguna compañía, ya tenemos dieciocho o veinte años en ella, ya debemos ser por lo menos el gerente o un alto ejecutivo, es decir, nuestra vida está consolidada.
La quinta década es la de disfrutar la vida: (como cuando éramos niños) y comprende del año cuarenta y uno hasta que dejamos de vivir. Dicen que la vida comienza a los cuarenta y uno, y ahora es el momento de volver a gozar justo como cuando éramos niños.
Esta etapa de nuestra vida, (si realmente trabajamos con una meta definida) en la que ya no deberíamos de preocuparnos por nada, como cuando éramos niños, sin embargo, ¿Cuánta gente no existen o conoce usted, -o tal vez sea su caso- que a los sesenta o setenta años todavía tienen que trabajar de ocho a una y de tres a siete, todos los días de todos los meses de todos los años, porque no tienen los recursos o medios necesarios para vivir sin tener que trabajar?
Así que por favor ubique su vida, reconozca cuáles son sus limitaciones, solicite la ayuda necesaria y trate de salir de ese hoyo y disfrute de la vida… Dios te bendice y te acoge!!!
Despertar…es
“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”. A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: [email protected]. A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 710 artículos de su interés: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/blogs/famili
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
TORREON, COAH. MÉXICO
MMXXIII