Recuerda…
Germán: Profe, muchas gracias por recibirnos aquí en su casa y compartirnos un poco de lo mucho que ha hecho en su vida y el gran impacto que ha tenido con muchos de sus alumnos.
¿En dónde nació y en qué fecha?
Profe: Sí, mire. Soy de San Pedro de las Colonias, Coahuila, nací el 13 de enero de 1938 a las 4:30 pm y era jueves. De todo eso me informé, no que yo me acuerde.
Germán: ¿Quiénes fueron sus padres, y a que se dedicaron?
Profe: Mi padre fue Luis Azpe Alarcón y mi madre Marina Pico Ruiz de Azpe. Él, eminentemente agricultor. Mi papá de joven vivió en Cd. Lerdo y trabajó en el tranvía de Torreón a Lerdo durante la revolución, posteriormente se dedicó a la agricultura hasta el reparto de tierras, para el ingeniero Joaquín Baranda McGregor, de la ciudad de México, administrando los ranchos de San Alberto, Witron del lado de Tlahualilo, pero eran miles de hectáreas. Posteriormente, cuando el reparto de tierras se dedicó al comercio y así fue como llegó a San Pedro.
Hay unas anécdotas que contaba: una de un cristiano que iban a ejecutar y le preguntaron ¿que cual era su última voluntad? Estando en Lerdo les dijo: -que me lleven en el tranvía hasta Torreón y me traigan de nuevo, tocándome ¨De Torreón a Lerdo¨, y se lo concedieron. Cuando llegó lo ahorcaron.
Platicaba mucho acerca de la revolución, por ejemplo: Gregorio García y J. Agustín Castro eran compañeros de él en el tranvía, y fue la forma que él supo lo que iba a suceder, al ser ellos líderes revolucionarios. Mi papá seguía en el tranvía, era muy joven en ese tiempo, ya que el nació en el año de 1893. Era un hombre de un carácter muy firme, no duro. Era muy caritativo y permítame contarle una anécdota que siempre me ha impactado: Era un 25 de diciembre en la ciudad de San Pedro, ya mi papá era comerciante y tenía una mueblería muy grande ¨La Surtidora del Norte¨. Como todo 25 de diciembre se supone que era día inhábil estaría cerrado, pero San Pedro pueblo chico, estaba abierto. Yo estaba en la banqueta con el triciclo que me había traído el Niño Dios. Porque cuando yo era niño, no había Santa Claus, había el Niño Dios. Santa Claus era el mandadero. Entonces andaba yo en mi triciclo y mi papá viéndome. En eso pasó una señora con un niño, quien traía un juguetito de esos de madera que traen dos boxeadores, le aprietas en medio y empiezan a pelear. El chiquillo se me quedó viendo y me preguntó ¿Dónde lo conseguiste? Le dije, me lo trajo el Niño Dios. Y el niño le preguntó a su mamá: ¿A mí que me trajo el Niño Dios? Contestándole la señora – el juguetito que ahí traes. Mi papá muy serio viéndonos. Entonces mi papá le dijo: ¿Cómo te llamas? -Fulano. Y ¿dónde vives? –allá por las ladrilleras. Ha entonces eres tú… nombre, anoche paso el Niño Dios y ya se le hacía tarde y aquí dejó tu regalo. Dijo…va a pasar por aquí, para cuando pasé se lo des. Y yo viendo a mi papá… se metió, y le dio un triciclo igualito al mío. La señora se conmovió y le quiso besar la mano, mi papá se la quitó muy serio y le dijo: ándele, ándele se lo trajo el Niño Dios, vaya y que Dios los ayude. Y es algo que no olvidé. Ese era mi papá.
Germán: ¿Cuántos hermanos fueron y como se llamaron?
Profe: Fuimos cinco: En orden: María del Carmen, maestra muy conocida de mucho prestigio. Una excelente poetiza, con una facilidad extraordinaria para versificar. Luego le siguió Lilia, la cual siempre se quedó en San Pedro, allá se casó y se quedó hasta que enviudó y entonces se fue con su hija a Monclova. Luego le siguió Jesús, un hombre extraordinariamente simpático, nunca lo vi enojado. Mi papá lo regañaba y al ratito él estaba sonriendo muy a gusto. Luego le siguió Carlos, el más formal, más serio de los cinco. Él fue gerente de una compañía de seguros, aparte de haber trabajado para la Casa Tuxten en San Pedro y luego se vino a Torreón y se dedicó a los seguros. Se fue a Sonora, tuvo una tintorería, se casó con una sonorense Cristina Fimbres. Y ocho años después nací yo.
Germán: ¿Cómo fueron los amores en su juventud? ¿Qué significaba el amor para Ud.?
Profe: Muy curioso, las costumbres de esa época, eran mucho muy diferentes a las actuales. Ahí en San Pedro pueblo chico, cuando había un baile formal, y las muchachas pedían permiso de ir, entonces, sí les daban permiso siempre y cuando yo las llevara y las regresara. Entonces andaba recogiendo a las muchachas y ahí vamos -y a tales horas las quiero aquí. En San Pedro son muy afectos a decir los nombres en diminutivo con in…, Manolín, Ricardín, Luisín… entonces, me decían: a las 12:00 las quiero aquí, o a la 1:00, según… está bien. Entonces las llevaba y me encantaba bailar, de modo que no me importaba la apariencia de la muchacha, me importaba que tan buena era para bailar. A la hora de regresar, les decía, -ya vámonos, no, espérate. No, ya vámonos, llegaba a sus casas, tocaba y les decía,- ahí están, gracias Luisín. Entonces iba y las repartía. Había cuatro muchachas, dos hermanas y dos hermanas. Dos de ellas muy feítas pero muy buenas para bailar. Entonces los muchachos de la palomilla, hacían bromas, diciendo que al verme entrar las hermanas fulanas, se alegraban la cara porque sabían que iban a bailar. Empezaban a bailar y yo me esperaba para ver quienes se quedaban sentadas y las iba a sacra a bailar. En cuanto a noviazgos, pues no, más bien era una amistad personal y no pasaba de ahí. Si acaso, estar juntos en el cine, dar una vuelta por la plaza.
Una de esas muchachas que entre comillas, ¨fue mi novia¨ y que luego se casó pasado los años y el esposo me invita a comer a su casa un día que fui a San Pedro. Me encuentro a otro amigo común y le digo: oye fíjate que fulano me invitó a comer, -¿y qué tiene de raro? Pues su esposa fue mi novia… -hay Luis, por favor. Mientras todos andábamos buscando en la plaza cual farol estaba fundido, tú estabas buscando cual estaba más iluminado para sacar tu libro y leerles versos…
Germán: ¿Cómo conoció a su esposa y cuantos hijos tuvieron?
Profe: Venia yo de echarme unos tragos en la terminal, y vivía yo con mi mamá y mi papá en casi esquina de Escobedo y Javier Mina. Cuando iba llegando a la casa, oí música y me dije: es por aquí cerca, voy a ver… había una privada que no recuerdo como se llama, está entre Javier Mina y Rayón y entre Escobedo y Bravo. Fui y me asomé, había una fiesta familiar y estaba un muchacho de San Pedro parado en la puerta: quiúbole… quiúbole… -pásale, son gente de allá de San Pedro, de los Orduña… ha, pues entro… Todos conocidos. Yo conocía a su hermana Irma, pero a ella no, que andaba atendiendo a los invitados y con una sonrisa muy agradable. Me dije: ¿porque anda atendiendo y no baila? Me acerque con ella y le dije: -¿Que no te gusta bailar? –Sí…, -pues presta la charola y vamos a bailar. Así de buenas a primeras, no nos conocíamos. Me simpatizó mucho, y directamente le dije: ¨¿Quieres ser mi novia?¨ -Dijo: a Chihuahua, déjame pensarlo. –le dije: si no vas a comprar un caballo, si nada más es noviazgo. Y de esa manera empezamos un noviazgo. El papá de ella y el mío se conocían, agricultores de toda la vida. El hermano de ella y mi cuñado Raúl Fernández, agricultores, también se conocían también entre sí.
Pues llegó el día en que había que pedirla, un domingo, como si fuera corrida de toros, a las 5 pm. Fueron, se saludaron con mucho gusto, empezaron a platicar, y ella y yo allá metidos oyendo. Empezaron a platicar anécdotas de su juventud, del rancho, de aquí pa allá, muy bonito. Hasta que empezó a ponerse el sol, y entonces le dijo mi papá a mi cuñado, que eran compadres. –oiga compadre, ya vámonos. Se levantaron y ahí van. Mi mujer y yo nada más nos vinos… maaa!!! No la pidieron. Cuando estaban en la puerta, mi cuñado fue el que le dijo a mi papá: oiga compadre, y a lo que vinimos… -hombre de veras. Regresan y entonces me da mucha risa, porque así como habían estado riéndose, platicando anécdotas. Sus actitudes cambiaron muy formales, muy serios: ¨Don Trinidad, pues tal vez sepa que mi hijo Luis y su hija Vivi son novios y se quieren casar, venimos a pedir su mano¨. –Don Luis, yo no tengo ninguna objeción, esas son decisiones que toman ellos. Si ella está de acuerdo, yo también.
Nos casamos el 26 de agosto de 1966, ya casi cumplimos 53 años de casados. Tuvimos una hija, con la que Dios me bendijo. Maravillosa desde niña, siempre muy linda a quien pusimos por nombre Lilia Rebeca. Es la única que me regaña y a la única a quien hago caso… Dios te bendice y te acoge!!!
Despertar…es
Continuará…
“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”. A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: [email protected]. A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 750 artículos de su interés: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/blogs/familia
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
TORREON, COAH. MÉXICO
MMXXIII