Esta y las que se vienen
América y Tigres jugarán la final del Apertura 2023. Dos planteles brutales (para el nivel de nuestra Liga MX) protagonistas del cada vez más absurdo mercado interno mexicano. América y Tigres forman parte de un grupo de equipos que están haciendo una grieta que ya tiene el tamaño del Cañón de Colorado con el resto de los equipos que prácticamente lo que hacen es comprar jugadores para hacerlos estrellas o formarlos en sus fuerzas inferiores para que en cuanto llamen la atención vendérselos a los equipos regios al América o por ahí al Cruz Azul cuando trae dinero.
Esta dinámica no parará y gestas como la del San Luis quedarán en eso, en loables intentos que si se topan con el millonario en un buen día, te resuelven la eliminatoria desde la ida. Nuestra Liga MX está teniendo problemas de audiencia televisiva y esto solamente agravará la situación, en el futbol mexicano se conocen los problemas pero en nombre de que es un negocio (y tienen razón) le siguen por el mismo camino importándoles poco que se está muriendo la gallina de los huevos de oro por apostarle a todo menos a mejorar el nivel deportivo de nuestro torneo. Los dueños parecen o son sus propios enemigos.
También lo muy preocupante es que la lista de equipos que ni fu ni fa, aumenta. Al no haber descenso ni ascenso, equipos como Querétaro, Xolos, Juárez, Necaxa, Mazatlán y lamentablemente ya Santos Laguna, navegan en un conformismo para armar buenos planteles que cada vez es más descarado. El sistema de competencia permite que instituciones serias que antes buscaban títulos, se puedan echar unas vacaciones competitivas de uno o dos años. Lo anterior simplemente atenta contra el nivel de competencia, claramente Pachuca, Atlas y Toluca al correr a Ambriz, jugaron un torneo a lo que salga.
La final entre Águilas y Tigres sin duda será muy buena pero reafirmará la tristeza de que tenemos una liga a la que le sobran tres meses. Solamente la liguilla vale la pena y con este mercado interno de locura, dicha liguilla está amenazada a que siempre la ganen los mismos.
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