Qué tristeza
La realidad de hoy es contundente. Santos Laguna está cosechando lo que sembró en el momento de no tomar decisiones para cambiarle el rumbo a un proceso que hizo corto circuito y ya no tenía arreglo. Ellos lo sabían antes que nosotros, directivos y cuerpo técnico siempre se dan cuenta de las cosas antes que la prensa o la afición.
Sabiendo que Eduardo Fentanes no le daría vuelta a las cosas, se prefirió apostar por una continuidad inexplicable y por instalar un relato engaña bobos que tarde o temprano iba a dejar de funcionar e iba a exhibir de fea forma la patética temporada del alguna vez glorioso Club Santos Laguna. El pésimo torneo da coraje pero la manera de manejarlo por parte de la dirigencia santista sinceramente ya da otra cosa. La gente se siente estafada con toda razón. Una mala temporada se puede tener, una directiva que renuncia a darle la vuelta a un torneo intentando nada, es imperdonable. Este torneo va a pasar a la historia más que por malo por triste y decepcionante.
El triunfo en Monterrey maquilló de la manera más inoportuna a un equipo que tiene muy poco para ofrecer. Hoy siguen soñadores diciendo que se puede estar en el repechaje. Hasta risa me quiere dar, ¿A qué va el Santos a la repesca? Un juego más para seguir arrastrando el apellido. No quiero ser reventador creo que estoy en lo correcto. Decirle otra cosa a la afición sería engañarla. Al Azteca contra el Cruz Azul del Tuca se va por una hazaña, este Santos en condiciones de partido normales no le compite a nadie, la máquina al 50% vence a los Guerreros, es un hecho.
Este torneo pasará a la historia por los papelones que el Santos dio, por lo poco que respetaron su estadio, por la pobre forma en que se trató a la afición que ahí estuvo en el estadio. Por la inacción inexplicable de una directiva que simplemente no le quiso mover.
Quedan tres puntos en disputa y la afición preferiría que mejor ya terminara todo. Que se acabara la pesadilla.
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