Continuación…
Recuerda…
Las emociones del cerebro u ondas cerebrales no tienen limitaciones de tiempo y espacio, como ya lo anotamos cuando hablamos de los niveles de frecuencia “Alpha y Theta”. Los experimentos llevados a cabo en todo el mundo en el campo de la telepatía han demostrado que ni las paredes más anchas, ni las distancias más grandes tienen efecto alguno sobre el pensamiento.
Pasaron por la televisión un caso, que según el animador del programa era “Increíble”, pues se trataba de una jovencita que con los ojos cerrados y recostada en un diván, fue describiendo palmo a palmo los detalles de una casa que previamente habían seleccionado de un directorio telefónico y que por coincidencia era la residencia de unos fotógrafos profesionales, quienes recibieron la cinta grabada de la niña que había “visitado su casa”.
Ellos quedaron asombrados por lo exacto de la descripción y para confirmarlo, fueron filmando cada uno de los pasos que iba mencionando la cinta grabada y luego lo pasaron por la televisión para demostrar lo “Increíble” que es el poder mental. Hagamos un ejercicio: anote en una hoja de papel tres cosas que le diré y luego me manda un correo a mi dirección aquí mencionada ([email protected]. Sin mencionar las tres cosas) y yo le mandaré una respuesta de esas tres cosas y veremos qué tan afines somos a la telepatía, ¿le parece? Escriba “un color”, “un número del 0 al 9” y “un oficio” (a lo que se dedica una persona sin haber estudiado).
Existe en Holanda un científico y un grupo de “telépatas” que han logrado por medio de la telepatía, encontrar niños perdidos, objetos, criminales y animales domésticos. Algunos hasta pueden “ver” el pasado y el futuro lo mismo que el presente; pueden describir hechos que están sucediendo a muchos kilómetros de distancia, pueden “conocer” íntimamente a una persona que jamás les ha sido presentada simplemente teniendo en sus manos un objeto que le pertenezca o un simple cabello, o inclusive con tan solo sabiendo el nombre, la edad o el domicilio.
A todo esto los científicos le han llamado la ESP, por sus siglas en ingles que quieren decir “Extra Sensorial Perception” (Percepción Extrasensorial) y desde luego que esto es un poder que todos tenemos, pero que necesitamos ejercer constantemente, y sobre todo, cuando tenemos algunos resultados positivos por inverosímiles que parezcan, “creer” que fue producto de nuestra intención y no justificarlo diciendo que fue “una coincidencia”, “una chiripada” pues el creer que fue producto de nuestro poder, éste cada vez se irá acrecentando de tal manera que cada vez que tengamos un éxito por pequeño que sea, iremos adquiriendo confianza y seguridad en nosotros mismos lo que nos dará más poder mental.
Ahora le voy a pedir que empiece a practicar en algo sencillo, como pensar en alguna persona que hace tiempo no ve, dígale que lo venga a buscar, que le llame, que le escriba, que le envíe un correo electrónico, etc. Y cuando logre obtener resultados inmediatos, cambie a otra práctica un poco más sofisticada.
La experiencia que hemos obtenido, a lo largo de este tiempo desde 1991, de estar trabajando con las conciencias o mentes de la gente y haber tratado a más de quinientas mil personas a 2023, nos da la suficiente confianza como para asegurar que todos los problemas que ahora sufrimos, tienen su base en un gran porcentaje en los pensamientos o conciencia de la madre.
Cuando empezamos a platicar con las personas, todo parece tan complicado, tan escondido, tan difícil de solucionarse, pero todo se debe a que nuestro EGO no quiere dejar que lo desnuden, que lo eliminen, porque nos quiere seguir manejando.
Recuerdo el caso de una señora que estaba casada con un policía, y éste le daba muy mala vida, la golpeaba, la maltrataba, se separaban por un tiempo, al cabo del cual, él regresaba, le pedía perdón, le juraba que ya iba a cambiar, etc., ella lo volvía a aceptar, se juntaban de nuevo, se cambiaban de ciudad y por un tiempo todo parecía normal, pero luego algo pasaba y volvían a la misma situación, se separaban, la señora volvía a casa de sus padres y a los pocos meses volvía el señor. En uno de esos lapsos de tiempo, la señora queda embarazada y da a luz una niña, quien empieza a vivir las angustias y problemas de unos padres inmaduros, que todo lo que ve son pleitos, golpes, separaciones, etc. Hasta que la señora no resiste más y se separa definitivamente.
La niña crece, se convierte en una señorita y se casa. El esposo es un agente de tránsito (de uniforme) y al poco tiempo empieza a repetirse la historia, golpes, insultos, separaciones. Igualito que su mamá.
Hasta que al final, también se separa, es decir, es una copia al carbón de una y de otra.
Y con usted que me está leyendo, no estará pasando algo similar, que usted no le encuentre la razón, que no tiene explicación para las cosas que suceden, como enfermedades, fracasos económicos, problemas conyugales, accidentes de todo tipo.
Es por eso que decimos que trate de saber, de investigar (si es posible) qué eran las situaciones por las que pasaba su madre, mientras estaba usted en su vientre.
Quiero decirle que esto no es fácil, porque luego confundimos nuestro pensamiento, justificamos nuestras acciones y no le damos la importancia debido a ciertas cosas, que luego tendrán consecuencias funestas para el equilibrio de nuestra vida.
Cuando veamos la parte correspondiente a “Origen, causa y efecto” ampliaremos más estos conceptos y comprenderemos muchas de las cosas que nos pasan.
Pero usted se preguntará: ¿Y de que me sirve saber lo que pensaba mi madre mientras yo estaba en su vientre?
La respuesta es muy sencilla: -Con esto, usted lo sacará del subconsciente y lo pondrá en el consciente y entonces usted podrá manejar la “Idea” y no la “Idea” lo manejara a usted como ha estado sucediendo hasta ahora. También quiero decirle, que no tienen que ser situaciones dramáticas, fuertes, impresionantes, NO! sino también las cosas aparentemente sin importancia, frases comunes, tanto positivas como negativas, que de alguna manera habrán influido para que usted sea una copia de sus antepasados.
Cuentan que un joven se casó con una dama y a los pocos días de matrimonio, la señora le pregunta a su recién esposo: ¿Te gustaría que hiciera un jamón al horno para la cena? –Me encantaría- le contesta el hombre.
Cuando iba a meter el jamón, le quita un pedazo de cada lado. ¿Por qué le quitas esos trozos? Preguntó intrigado. Pues así lo hacia mi mamá –contestó la aludida- este muchacho se encogió de hombros sin encontrar explicación a esa situación.
Sucedió que por esos días los visitó la mamá de la señora y el hombre aprovechó para investigar sobre la duda que lo intrigaba.
-¿Oiga señora, es cierto que cuando usted hace jamón al horno corta dos pedazos, uno de cada lado?- Sí, contesto la suegra. ¿Y porque o para que lo hace? Volvió a preguntar. Pues no se –contestó-, así lo hace mi mamá.
Aquel hombre volvió a quedar en las mismas. Al poco tiempo van a visitar a la abuela y de nuevo aquel amoroso esposo, tratando de llegar a la verdad volvió a preguntar sobre el tema.
-¿Oiga abuela, es cierto que cuando usted hace jamón al horno le corta dos pedazos, uno de cada lado? –Sí- contestó con firmeza la ancianita. ¿Y para qué? Volvió la consabida pregunta. Pues porque en la sartén donde lo meto al horno ¡no cabe la pierna de jamón!
Ella sí tenía una razón para hacer las cosas, pero la hija no lo preguntó y dio por hecho que así se tenían que hacer las cosas.
Ahora que sabía cuál era la verdad ella podía seguir cortando los dos pedazos o poner un trozo más grande. Así mismo, cuando usted llegue a la razón de sus reacciones o sufrimientos, usted podrá decidir si continúa reaccionando, sufriendo o ahí termina su cadena.
Ahora quisiera que piense usted en su vida, en sus éxitos, en su felicidad, disfrute cada momento. Recuerde que la vida es tan corta para que la vivamos en pequeñeces, tan corta que debemos aprovechar cada día para ser felices.
Enrique, un profesor de teología y filosofía, tuvo un estudiante en su clase de La Teología de la Fe llamado Javier. Hace unos años atrás, yo estaba de pie observando a mis estudiantes de la universidad mientras entraban al salón para nuestra primera sesión de Teología de la Fe. Ése fue el primer día que vi a Javier. Javier estaba peinando su larga cabellera rubia, que caía por debajo de sus hombros. Como ese día no estaba preparado para ello, mis emociones se alteraron y de inmediato catalogué a Javier bajo el término de "extraño... muy extraño". Javier resultó ser el "ateo de la clase" en mi curso de Teología de la Fe. Él objetaba constantemente, sonriendo sarcásticamente sobre la posibilidad de un Dios Padre que nos ama incondicionalmente. Cuando al terminar el curso vino a entregar su examen final, me preguntó en un tono algo cínico: ¿Cree usted que alguna vez encontraré a Dios? Inmediatamente decidí usar un poquito de la técnica de la terapia de shock. ¡No!, le dije muy enfáticamente. -¿Por qué no?, me respondió, yo creía que ése era el producto que usted estaba vendiendo-. Dejé que estuviese a unos cinco pasos de la puerta del salón y alcé mi voz para decirle: ¡Javier! Creo que tú nunca encontrarás a Dios... Pero estoy absolutamente seguro de que Él te encontrará a ti. Él se encogió de hombros y salió de mi clase y de mi vida. Yo me quedé algo frustrado por el hecho de que no había captado mi ingeniosa observación: "¡Él te encontrará a ti!", por lo menos yo pensaba que había sido ingeniosa... Un tiempo después me enteré que Javier se había graduado y me dio el debido gusto. Más adelante me llegó una triste noticia, supe que Javier padecía de un cáncer terminal. Antes de que yo pudiera salir a buscarlo, él vino a verme. Cuando entró en mi oficina lucía demacrado y su larga cabellera había desaparecido debido a la quimioterapia. Pero sus ojos brillaban y su voz tenía una firmeza que no tenía antes. Javier, he pensado mucho en ti... oí que estás enfermo, le dije en un tono casual. Oh!, sí, muy enfermo, me respondió, tengo cáncer en ambos pulmones. Es cuestión de semanas. - Javier, ¿puedes hablar sobre eso?, le pregunté. - Por supuesto, ¿qué quiere saber?, me contestó. ¿Qué se siente tener solo 24 años y estar muriendo?, le dije. - Bueno, podría ser peor. - ¿Peor, cómo qué? - Bueno, como llegar a los cincuenta años sin tener valores o ideales; o llegar a los cincuenta creyendo que beber, seducir mujeres y hacer dinero son 'lo máximo' de la vida. Antes había clasificado a Javier bajo el concepto: de extraño... (Parece ser como si a todo aquel que yo rechazara mediante mi propia calificación, Dios lo devolviera a mi vida para que me educara). - Pero por lo que en realidad vine a verlo es por algo que usted me dijo el último día de clases. (¡Se acordó!) Él continuó diciendo: - Yo le pregunté si usted creía que yo llegaría alguna vez a encontrar a Dios. Usted me dijo que ¡No!, cosa que me sorprendió mucho. Entonces usted dijo: 'Pero Él te encontrará a ti'. Estuve pensando mucho en eso, aunque no se puede decir que mi búsqueda era muy intensa en aquel entonces. Pero cuando los doctores removieron el tumor que tenía en la ingle y me dijeron que era maligno, ahí fue que empecé a buscar seriamente a Dios. Y cuando el cáncer se regó a mis órganos vitales, de verás que empecé a golpear fuertemente con mis puños las puertas del Cielo... pero Dios no salió. De hecho, no pasó nada. ¿Alguna vez ha tratado de hacer algo con mucho esfuerzo sin obtener ningún resultado? Uno se harta psicológicamente, se aburre de tratar y tratar y tratar... y eventualmente, uno deja de tratar. Bueno, pues un día me desperté y en lugar de estar lanzando mis reclamos inútiles por encima de ese muro de ladrillos a un Dios que posiblemente no estuviera ahí, me rendí... Decidí que en realidad no me importaba Dios, ni una vida después de la muerte, ni nada que se le pareciera. Decidí pasar el tiempo que me quedara haciendo algo más provechoso. Pensé en usted y en su clase y recordé otra cosa que usted nos había dicho: 'La mayor tristeza es pasarse la vida sin amar. Pero sería igualmente triste pasar por la vida e irse sin nunca haberle dicho a los que uno ama, que los ama'. Así que empecé por el más difícil, mi padre. Él estaba leyendo el periódico cuando me le acerqué. – Papá - ¿Qué?, preguntó sin quitar sus ojos del periódico. - Papá, quisiera hablar contigo. - Bueno, habla. - Papá... Es algo verdaderamente importante. Bajó el periódico lentamente, - ¿De qué se trata? - Papá, yo te amo. Sólo quería que lo supieras... (Javier me sonrió mientras me contaba con satisfacción, como si sintiera un gozo cálido y secreto, que fluía a través de su interior). Entonces mi padre hizo dos cosas que no recuerdo que hubiese hecho antes. Él lloró y me abrazó. Estuvimos hablando toda la noche, aunque él tenía que ir a trabajar al día siguiente. Me sentí tan bien de estar cerca de mi padre, de ver sus lágrimas, de sentir su abrazo y de oírle decir que me amaba. Fue más fácil con mi esposa, con mis hijos, con mi madre, con mis hermanos y con los amigos más cercanos. También ellos lloraron conmigo y nos abrazamos y nos dijimos cosas bonitas los unos a los otros. Compartimos las cosas que habíamos guardado en secreto por tantos años. Sólo me arrepiento de una cosa... de haber esperado tanto tiempo!!! Ahí estaba, comenzando a abrirme a todas las personas que siempre habían estado tan cerca de mí. Entonces, un día me volteé ¡y ahí estaba Dios!... No vino a mí cuando yo se lo rogaba. Me imagino que yo me portaba como un entrenador de animales aguantando el aro para que saltaran: '¡Vamos, salta! Te doy tres días, tres semanas.' Aparentemente Dios hace las cosas a Su manera y a Su hora. Pero lo importante es que Él estaba ahí… ¡Me había encontrado! Usted tenía razón, me encontró aún después de que yo dejé de buscarlo. - Javier, -le dije casi sin aliento-, yo creo que estás diciendo algo muy importante y más universal de lo que tú te puedas imaginar. Por lo menos para mí, lo que estás diciendo es que la forma más segura de encontrar a Dios: Es la de no hacerlo una posesión particular, un solucionador de problemas, un consuelo instantáneo en tiempos de necesidad... Sino abrirse al amor!!! Sabes, el apóstol Juan dijo eso, él dijo: “Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él." - Javier, ¿podría pedirte un favor?, pregunté. Fíjate, cuando te tenía en mi clase eras una verdadera molestia, pero (riendo) ahora puedes compensarme por todo... ¿Vendrías a mi curso de Teología de la Fe y les contarías lo que acabas de contarme? Si yo se los dijera, no tendría el mismo impacto que puede tener al contárselo tú. – Oh! Yo estaba listo para usted, pero no sé si estoy listo para su clase. - Piénsalo, Javier, y si te sientes listo, llámame.
Javier me llamó a los pocos días y me dijo que estaba listo para la clase, que él quería hacer eso por Dios y por mí. Así que hicimos la cita, pero Javier nunca pudo llegar... Él tenía una cita mucho más importante que la mía y mi clase. Por supuesto que su vida no terminó con la muerte, sólo cambió. Él dio el gran salto de la fe a la visión. Él encontró una vida más hermosa que todo lo que ha visto el ojo humano o que el oído humano haya escuchado o que la mente del ser humano jamás se haya imaginado. Antes de que él muriera, hablamos una última vez. - No voy a poder llegar a su clase", me dijo. - Lo sé, Javier. - ¿Les dirá usted por mí? ¿Le dirá al mundo entero por mí? Sí, Javier, les diré. Haré lo mejor que pueda. Así que a todos ustedes que han tenido la bondad de leer esta simple historia sobre el amor de Dios, gracias por el tiempo. Y a ti, Javier, en los brillantes y verdes cerros del Cielo, se los dije lo mejor que pude... Dios te bendice y te acoge!!!
Despertar…es
“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”. A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: [email protected]. A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 730 artículos de su interés: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/blogs/famili
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
TORREON, COAH. MÉXICO
MMXXIII