Era obligación
Santos Laguna venía de mostrar mejorías en León. La gente hoy tenía esperanzas de ver mejor al equipo que tanto extraña. Verle pies y cabeza, sentir (aunque parezca chiste) que saben jugar al futbol.
Pues nada, lo mismo. Un futbol nulo y lleno de errores, un entrenador desesperado que ya mejor remueve de la cancha a los que se equivocan provocando un penal como Ramiro Sordo. Jugadores que se quedan en promesa como Jordan Carrillo y jugadores capaces pero en la más total soledad como Carlos Acevedo y el Choco Lozano. Un equipo que no está consciente de nada y simplemente cumple dentro de la cancha, da la impresión de que les urge que el árbitro pite y se termine la pesadilla, son un grupo de jugadores que no están disfrutando de algo tan lindo como lo es jugar al futbol.
El domingo era obligación mejorar, mejorar mucho y se empeoró. Era ver comprometidos a todos y ni la afición respondió de manera normal. Este Santos se cae a pedazos y la gente que maneja al equipo hace poco o nada por rescatar estos colores. Normal, su propietario piensa que le debemos mucho por los buenos momentos. Se siente ajeno a lo que se hace en la Comarca, ni enterado ha de estar de como piensa y como siente hoy el lagunero. No sabe y no le importa.
El dramático empate maquilla y da algo de esperanza para ver si la luz al final del túnel de esta crisis que pinta para largo, muy largo se ve empieza a ver porque tanto tiempo hace ya muy difícil de digerir este pésimo momento, este pasar que se siente ya como una pesadilla. Contra Necaxa y empatar en casa después de ir perdiendo 0-2 no es para tirar confetti. Pero digamos que se ligan juegos sin perder.
X @manyecastil