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“Natividad”  

German de la Cruz Carrizales
German de la Cruz Carrizales

Recuerda...

La Noche Buena es una noche maravillosa, extraordinaria. Es una noche que nos devuelve a todos, a todos los creyentes por lo menos a nuestra infancia y a los mejores momentos de esa infancia. Desde hace muchos años cuento un cuento, un cuento de Navidad y en esta ocasión también una paradoja.

El gran maestro de las paradojas ha sido sin duda el filósofo e inglés Gilbert Keith Chesterton quien escribiera: (El Napoleón de Notting Hill; El Hombre que fue jueves; o las paradojas contenidas en las novelas del padre Brown).

Una paradoja es algo que aparentemente va en contra de la razón, pero que sin embargo está cargada de razón, por eso es una paradoja, parece algo en contra de la lógica pero está cargada de razón. 

Cuál es la paradoja que hoy los católicos recordamos:

La paradoja es que, Dios es Fuerte, es el Todo Poderoso, es el Creador. Ha hecho todo, incluso a nosotros mismos, todo este extraordinario inmerso Universo, las nebulosas, los miles y miles de estrellas, los millones de planetas, este pequeño granito llamado Tierra, dentro del conjunto de las constelaciones; Dios ha hecho todo. Pues bien este Dios omnipotente, poderoso, grande, infinito. Este Dios, se ha hecho pequeño. Esta es la paradoja. Hay tres pruebas: una es real, dos gráficas, de esa paradoja:

La Eucaristía: ¿Puede haber mayor pequeñez? Un fragmento de pan. El Todo Poderoso hecho tan frágil como un pedacito de pan. Está guardado en una caja (Sagrario) que, por desgracia, no es nuestro caso pero que por desgracia hay muchos casos en que es asaltada, destrozada y las Santas Sagradas Especies son vulneradas y se comete un sacrilegio con ellas, ahí está indefenso, completamente indefenso. 

María cuidando a su Hijo: Pero no solamente ahí, el bellísimo cuadro que representa a la Virgen adorando a su Hijo, cuidando y adorando: cuidando como Madre, adorando como creyente. Es una paradoja. Pero como puede ser que el Todo Poderoso se haya hecho un bebé, un bebé tan frágil que tuvo que ser salvado a duras penas por su papá y su mamá huyendo a Egipto porque lo querían matar. Un bebé expuesto a todo, y que no tenía nada, que nació en una cueva de ovejas, la fragilidad hecha carne. 

Crucifijo: el Bebé ha crecido, se ha hecho un hombre, 33 años, poderoso en sus milagros, fácil de reconocer ahí al Hijo de Dios: cuando multiplicaba los panes, querían hacerlo rey, cuando resucitaba a Lázaro o cuando curaba al paralitico, al ciego, al sordo, entonces querían hacerlo rey, era fácil creer en Él, pero de repente lo ven hecho un guiñapo en una cruz. ¿Cómo puede ser? Se preguntaron, como puede ser si es Dios, muera crucificado, torturado, abandonado por el propio Dios. Así le gritaban los que lo estaba crucificando: ¨Si eres el Hijo de Dios, bájate de la Cruz y creeremos en ti. A otros has curado y no puedes salvarte a ti mismo¨.

Es una paradoja, una paradoja a la debilidad del Todo Poderoso ¿Por qué? 

Hace muchos años, leí por primera vez el principito de Antoine de Saint-Exupery y me causó una impresión extraordinaria, quizás uno de los libros que más me han impactado a pesar de su pequeñez. Aquella primera vez, me pareció descubrir a través del ´Principito´, una enseñanza profundamente evangélica, la de la paradoja de Dios. Dice, Antoine de Saint-Exupery en su libro, cuando están hablando de las rosas el zorro y el ´Principito´, cuando le está diciendo: ¨los hombres cultivan mil rosas en un solo jardín, lo que podía encontrar en una sola¨, le dice el zorro al niño: ¨Lo que hagas por tu rosa, hará que esa rosa sea importante para ti¨, esa es la paradoja, lo que hagas por tu rosa, hará que esa rosa te importe. Si no haces nada por tu rosa, será una rosa más, que no tiene nada que ver contigo. Tú tienes que crear a tu rosa, y tienes que hacer –simbólicamente- hijo tuyo, hija tuya esa rosa, y entonces esa rosa te importará, porque es tuya, la has hecho tú, la has cuidado tú, vive gracias a ti. 

Esa es la paradoja. 

¿Por qué Dios  se ha hecho fragilidad? En la Eucaristía, fragilidad en la cueva de Belén, fragilidad en la Cruz. ¿Por qué el Todo Poderoso ha hecho eso?: Para que nosotros pudiéramos hacer algo por Él, y haciendo algo por Él, le hiciéramos nuestro, sintiéramos, de alguna manera, sin dejar de saber que todo depende de Él, pero sintiéramos de alguna manera, que Él depende un poquito de nosotros.

Me acuerdo de una historia verídica que me contaron hace algunos años, sobre unas muchachas que iban hacer caridad a personas necesitadas a sus casas. Atendían entre otras cosas una vez a la semana a una anciana que vivía sola, iban, la llevaban a sus compras, le limpiaban la casa… la anciana siempre estaba de mal humor, siempre, nunca agradecía, siempre se quejaba. Aquellas chicas estaban un poco desanimadas porque era la única que les trataba así. Iban amablemente, empleaban una parte de su tiempo en cuidar a esa anciana que vivía sola. La anciana nunca daba las gracias, siempre se quejaba. Un día, llegaron a la casa como siempre y una de las muchachas no se encontraba bien. Le pidió ayuda a la anciana: ¨tiene usted algo, me puede dar algo, una aspirina, un té, no me encuentro bien, debo de tener un poco de gripe¨. La anciana enseguida, solicita, amable, le preparó lo que necesitaba. A partir de ese momento, me contaban estas chicas, aquello cambió, de repente aquella anciana se sentía útil, para ella era humillante, mortificante, estar solo recibiendo. Pero a partir de aquel momento entendió que ella también podía dar algo y cambió su actitud hacia esa achicas.

San Vicente de Paul (Sacerdote francés del s. XVIII), fundador de los Padres de la Misión y de las Hijas de la Caridad decía: ¨Tenéis que tratar a los pobres, a todos a los que servís con tanto amor, que os perdonen por la limosna que les dais¨. Es una paradoja. Que os perdonen por la limosna que les dais.

Dios se ha hecho débil, es la debilidad en El Sagrario, es la debilidad en Belén, es la debilidad en el Calvario, para que nosotros nos hagamos grandes, para que nosotros podamos hacer algo por Él. 

Claro que necesitamos todo de Él y vamos continuamente a pedirle, suplicarle: Por favor ayúdanos, tenemos tantos problemas, sufrimos tanto. Estamos inquietos y nerviosos por tantas cosas, Señor te necesitamos y acudimos a ti, eres el Todo Poderoso, a donde vamos acudir Señor. Pero a la vez, ahora podemos hacer algo por ti:

En el sagrario: podemos acompañarte con nuestra oración para que no este solo.

En Belén: podemos ocupar el lugar de tu mamá dándote ternura, cuidados, defensa.

En la Cruz: podemos estar como la Virgen y San Juan a tu lado, diciendo que no nos avergonzamos de ti, nosotros que todo lo necesitamos de ti, podemos darte algo, y eso nos hace grandes (Siempre pequeños comparados con Dios), pero eso nos hace grandes. Eso es la paradoja.

Dios se hace pequeño, para que nosotros nos háganos grandes, para que nosotros como decía Antoine de Saint-Exupery, para que nosotros hagamos algo por nuestra rosa, y esa rosa sea desde ahora una criatura nuestra. La amemos, como solo se ama a los hijos.

Dios es todo para nosotros, es el Señor, es el Padre, es el Todo Poderoso, pero también es nuestro hijo.

Le queremos, las horas que pasamos cuidándole, son las horas donde demostramos nuestro amor, y donde Él se hace para nosotros, alguien que nos necesita.

El Cuento de Navidad: Está la Santísima Virgen, San José en la humilde, poquito mal oliente cueva donde acaba de nacer el Niño. La mamá lo tiene en sus brazos dándole poquito de calor, y puede dale la ternura, el amor infinito de aquella maravillosa Madre. En eso, en la boca de la cueva aparece una mujer anciana, llena de lodo, harapienta, mal oliente. Desciende esos escalones mugrientos hacia el fondo de la cueva. San José se asusta, la Virgen María se estremece, no tiene miedo, pero es extraña aquella aparición. Aquella mujer anciana, harapienta, aquella se acerca al pesebre donde está el Niño, donde la virgen lo ha puesto. Con delicadeza aparta a la Mamá, se acerca sobre el Niño, acerca su rostro a la carita del Niño, lo observa bien.

La Virgen está nerviosa y asustada, no sabe que puede ocurrir, confía en Dios pero aquello es muy extraño. Después de unos minutos María ve que le da algo al Niño, saca algo de entre sus harapos y se lo da, se levanta, y la Virgen descubre con gran sorpresa que se ha convertido en una mujer joven, bellísima, hermosísima, sus harapos se han convertido en una ropa preciosa, ya no huele mal, sino que desprende perfumes maravillosos, y se dirige de nuevo a la salida de la cueva. 

Antes de salir, se gira, y la Virgen la puede ver perfectamente, y la reconoce. Es Eva, la primera Eva, y la Virgen exclama ¨Madre¨ -por qué es la madre de todos los vivientes-. Eva le dice, ya desde la salida de la cueva: ¨Bendita¨, y se va. 

La Virgen corre en seguida hacia el Niño, ¿que habrá pasado? Y descubre que el Niño tiene entre las manos, una manzana mordida. Esta primera Eva se rindió ante la segunda Eva y ante el Salvador, y entregó su manzana mordida a ese Niño, que es capaz Él solo de transformar al mundo.

Démosle gracias a Dios, que nos permite hacer algo por Él, démosle gracias, porque a nosotros, que somos hijos de Eva, nos permite también ser hijos de María... Dios te bendice y te acoge!!!

Despertar...es

“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”.  

A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: [email protected]. A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 800 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com  

 

“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”

Germán de la Cruz Carrizales

TORREON, COAH. MÉXICO

MMXXIV

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