Recuerda…
Cuando el niño nace, todo su mundo son sus padres, su padre, su madre y aquí el niño crea en su mente subconsciente la necesidad Pía, es decir, la necesidad del niño por su padre o por su madre, o la necesidad de la madre o del padre por el niño.
Y cuántos niños se quedan “atorados” en esta necesidad y la madre (o el padre) lo siguen tratando como si fuera un niño, aun cuando ya sea adulto. Quizás conozca usted personas que aun cuando ya son mayores, todavía la mamá los tiene que despertar por la mañana, porque si no les llaman, no se levantan, les tienen que preparar el baño, la ropa que se van a poner, porque si no se las alistan, ellos nos son capaces de abrir los cajones de la cómoda o del closet para escoger lo que se pondrán esa mañana.
Su mamá les tiene que resolver sus problemas, llevarlos a la escuela, darles de comer, porque si no les dan en la mano las cosas, ellos no son capaces de hacerlo. No pueden tomar una decisión ellos mismos, aun cuando se trate de algo sin importancia, pues no sienten la seguridad ni tienen la capacidad de la determinación.
Me comentaban el caso de una señora ya mayor que estaba asistiendo a unas pláticas que se terminaban entre las diez y once de la noche, y desde las ocho empezaba a preguntar al instructor: ¿A qué hora iremos a salir? Como a las diez u once –le contestaba-. Válgame, pobrecito de mi hijo, ¿Quién le irá a dar se cenar? Se preguntaba angustiada la buena señora.
Al día siguiente, volvía con la misma insistencia: ¿Cómo a qué hora iremos a salir hoy? Preguntaba de nuevo. Más o menos igual que ayer, le volvía a contestar el instructor. Pobrecito de mi hijo, se va a volver a quedar sin cenar, le preocupaba a esa señora.
El instructor se fijó que la señora ya tendría como sesenta años, por lo que se extrañó que todavía tuviera un hijo incapaz se servirse él mismo la cena, por lo que quiso saber más acerca de esa señora y le preguntó intrigado: ¿Pues, cuántos años tiene su niño? La señora contestó con toda la naturalidad del mundo: ¡Tiene treinta y ocho años! ¿Treinta y ocho años y todavía tiene que esperar a su mamá para cenar?, porque él no era lo suficientemente capaz, pero lo que realmente pasaba con esta familia, es que no había salido de la necesidad Pía.
Si la hija, cuando esta pequeñita su papá no la atiende, no le da el cariño que ella necesita, ahora que ya está más grandecita, son esas niñas que cuando llega alguna visita del sexo masculino, luego, luego se sube a las piernas del visitante, le plática sus inquietudes, le enseña sus tareas escolares, sus juguetes, porque ella esta, en ese momento, satisfaciendo la necesidad del padre.
Así que mucho cuidado, si alguna vez lleva un invitado a su casa, y su hija tiene ese comportamiento, lo más probable es que usted no le haya dado el suficiente cariño o atención. Esas niñas siempre andarán buscando el amor del papá y ahora son esas jovencitas de quince o dieciséis años que se casan con hombres de veintiocho o treinta y cinco años, y los parientes o conocidos se extrañan de ese comportamiento, pues dicen: “Él está muy viejo para ella, podría ser su padre”
La realidad, es que ella está buscando a su padre y pronto el esposo tendrá que tomar el lugar de este, lo que vendrá a ocasionar grandes problemas en ese matrimonio, pues cuando ella tiene intimidad con su esposo, en su mente lo está haciendo con su padre y como esto es pecado de incesto, pronto el subconsciente encontrará una forma física para que esto no suceda y entonces vendrán problemas de origen sexual, como sagrados vaginales abundantes, menstruación irregular, dolor de cóccix, cáncer en la matriz, etc., es decir, todo aquello que sirva para no tener contacto sexual.
Pero otra situación, tal vez más compleja y difícil de entender sea la razón del comportamiento del esposo, pues aun cuando él no lo quiera, su actitud personal tendrá que amoldarse al cuadro mental que tiene su esposa de su papá.
Es decir, si su papá era tomador, el esposo tendrá que hacerlo también, si el papá era mujeriego, su marido tendrá el mismo problema, lo que ocasionará, al final de cuentas, que ese matrimonio se desbarate, ya que ella nunca podrá perdonar a su esposo, pues sentirá que la ha ofendido, despreciado, defraudado de una manera total.
Lo que tiene que comprender esa mujer que el que realmente la ofendió, la defraudo o desprecio fue su padre, que es el que marco su vida de una manera equivocada.
Aquí tiene otra señal que le permitirá encontrar el verdadero camino de su felicidad, pues todo lo que tiene que hacer, es tratar de comprender cuál fue la razón por la que su padre no le haya dado el cariño, o la atención que usted requería cuando estaba pequeña, posiblemente por el trabajo, la necesidad de viajar, los compromisos sociales, etc., hizo que su padre no le dispensara el cariño que usted requería y tal vez ahora lo esté pagando aún a costa de su vida, de sus hijos y de su esposo mismo, que aquí tenemos que comprender, que él es el menos culpable de la situación.
Cuando veamos la parte correspondiente a los “Juicios” comprenderemos aún más esta situación y sobre todo, veremos cuál es la situación total y definitiva, por lo tanto, ahora lo que le pido es que trate de ser lo más sincera que pueda con usted misma y vea si no fue esta la forma como se desarrolló su vida, lo que hizo que usted se quedara atorada en esa “Necesidad Pía”.
Cuando la madre es la que se queda viviendo esta “Necesidad” hacía sus hijos ella quisiera que nunca crecieran y aun cuando ya son jóvenes adolescentes, todavía los quieren tratar como niños, los acaricia, les dice palabras melosas, empalagosas, y esto a los hijos les molesta y la rechazan, diciéndole: ¡Ya mamá, ya no me molestes! Lo que hace que la mamá se sienta rechazada, que se moleste y empiecen los problemas en la familia.
Si es el niño el que se queda “atorado” en esta necesidad, pues la madre no le pudo dar el cariño o la atención cuando él lo quería, ahora su comportamiento será la de buscar el amor de su “mamá” en todas las mujeres, y así vemos a esos jovencitos de dieciocho o veinte años que se buscan una mujer de treinta o cuarenta años para casarse, y aquí todo el mundo se extraña de cómo es posible, que se entienda con esa “vieja”, que puede ser su mamá.
Me comentaba un joven en un curso: Fíjese Ing. De la Cruz, que a mí me pasa algo muy curioso, pues aquí en el trabajo estoy rodeado de muchas mujeres, algunas de ellas jóvenes, más o menos de mi edad, que a veces se “vuelan” conmigo, me coquetean, se me insinúan, pero a mí no me llaman la atención, pero que no entre una mujer ya madura, que luego, luego siento como unas cosquillitas en mi cuerpo, pues me atraen ¡tremendamente estas señoras!
Cuando se realiza el matrimonio entre esta pareja también volvemos a tener el problema sexual, pero ahora él es el impotente, el que buscará pretextos para no cumplir como marido, pues en su mente él está haciendo el acto con su madre.
Vi el caso de una señora que se quejaba de su marido, pues decía la tenía muy abandonada sexualmente y al pasar de los meses y no dar señales de querer hacer el amor, ella lo incitaba, lo estimulaba y él respondía, pero que en cierto momento, cuando ya se iba a realizar el acto sexual, a él esto le provocaba un asco, unas nauseas tremendas, que le ocasionaba que se vomitara sobre su pareja, lo que concluía con tener que levantarse de la cama y meterse al baño, y el romance terminaba por esa noche.
Todos estos son comportamientos un tanto complejos que no es fácil comprender y sobre todo por ser algo tan íntimo, tan privado, no queremos reconocer y esto hace que nuestra vida se convierta en un verdadero infierno.
Si usted, tiene hijos pequeños procure darles lo más que pueda de cariño, de atención, y si por alguna razón los tiene que abandonar, por su trabajo, su profesión, su situación social, etc., platique con ellos (aun cuando sean bebes, que aparentemente no entienden) explíqueles cual es la situación, pídales perdón y reprográmenlos para que no se vean manejados por esta necesidad.
Otro caso, (y ahora muy común) es el de las madres solteras, que dan a luz a sus hijos, pero como ellas tienen que trabajar para sostener a su familia, al niño, lo dejan encargado en casa de la abuela, y esto lo empieza a manejar de una manera agresiva, a veces con coraje y aprovecha cualquier situación para ponerlo en contra de su propia madre. – Dónde andará la callejera de tu madre, ya era hora de que hubiera llegado – La irresponsable de tu madre, aquí nos tiene abandonados-. ¿Cuántas expresiones más?, esto hará que el niño, cada vez que se vea más en conflicto y cuando tenga la oportunidad de estar cerca de su mamá, no se le querrá desprender ni un momento, así que cuando lo saca a pasear, lo lleva a una fiesta, a una piñata, el niño estará prendido de sus faldas, la mamá le dice: - Ándale hijo, vete a jugar con los demás niños- pero él no lo hará, pues tiene miedo de que si la suelta, se le volverá a ir. Cuidado, si la mamá quiere salir, tendrá que hacerlo a escondidas del niño, dejarlo con engaños, porque si se da cuenta empezará a chillar, patalear, gritar, darse de golpes, revolcarse en el piso, etc., con tal que su mamá no se vaya.
¿Cuántos casos conoce usted con este comportamiento? Ahora se dará cuenta del porqué… Dios te bendice y te acoge!!!
Despertar…es
“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”. A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: [email protected]. A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 760 artículos de su interés: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/blogs/familia
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
TORREON, COAH. MÉXICO
MMXXIV