El lunes 4 de octubre hubo una falla masiva en las redes de Facebook, como todos nos enteramos. Tanto la red social como la aplicación de fotografías Instagram y la mensajería de WhatsApp quedaron fuera por lo menos 6 horas en todo el mundo, algo que hace pocos años no hubiera pasado de ser solo una anécdota pero que ahora tiene implicaciones monetarias importantes. Pasa que con el tiempo, muchos negocios de todos tamaños, pero sobre todo aquellos de emprendedores, tienen mucha actividad a través de las redes sociales, específicamente WhatsApp y Facebook.
Lejos quedaron los tiempos donde la mayoría de gente para comunicarse utilizaba las llamadas de voz, las costumbres de comunicación se han ido adaptando, ahí donde la gente llamaba ahora prefiere mensajes instantáneos, los correos electrónicos son los nuevos “oficios” o cartas que se mandaban con varias líneas de C.C.P. con sello y todo. Los jóvenes prefieren casi cualquier forma de comunicación antes que las llamadas telefónicas, lo ven invasivo en su privacidad e intimidad. ¿Qué más invasivo que un mensaje de un colega de trabajo, un cliente o vendedor a las 3 de la tarde, en tu hora de comida? o peor aún, como decía la gente grande, a deshoras.
Sobre la caída, hay varios datos interesantes. Lo primero es que la comunicación interna de empleados de la compañía de Mark Zuckerberg depende de Facebook, así que el día del fallo no se podían comunicar entre ellos. Lo que hasta ahora han indicado, es que hubo una falla en la actualización de los nombres de dominio, luego al no poder corregir el problema de forma remota tuvieron que ir físicamente a donde tienen los servidores, el problema se agravó porque de acuerdo con el New York Times, una periodista habló con algunos empleados y sucede que al intentar ingresar a los edificios donde alojan los servidores, no podían tampoco porque las tarjetas de identificación para entrar… dependen de Facebook. Así las cosas, al tener todo conectado se complicó más la situación y fue como los miles de millones de usuarios se quedaron sin servicio.
Justo unas horas antes, la ex empleada de Facebook, Frances Haugen, testificó ante el Senado de EE.UU. acerca de cómo la compañía toma ciertas decisiones que dañan a los niños y debilita la democracia, en favor de sus beneficios económicos. También algunos grupos de activistas se adjudicaban la caída como un ataque y robo de información. Al final, parece que sólo fue la parte técnica con un punto único de fallo, que desencadenó todo el problema.
Desde hace días pero en especial a raíz de este acontecimiento, está en discusión el gran poder que tienen las redes sociales y las grandes tecnológicas: son pocas las que controlan todo el mercado, tanto de redes sociales como de hospedaje de servidores y servicios, inhibiendo competencia al acaparar el mercado y por supuesto, donde en una falla todo cae como fichas de dominó al estar en pocas manos. ¿Las tecnológicas finalmente se verán obligadas a fragmentarse para tener mejores servicios? Es algo que está sobre la mesa y que seguramente se verá en las agendas de gobierno en fechas futuras.
Se ha hablado que Facebook perdió unos 7000 millones de USD por esa caída, pero no se tiene una estimación de cuánto dinero perdieron los pequeños negocios al quedar incomunicados con las redes de FB. Hay que buscar alternativas, siempre hay buenas opciones como Twitter y Telegram. Se entiende que por ejemplo WhatsApp sea tan popular aunque tecnológicamente no sea lo mejor por dos motivos: es muy fácil de usar pero sobre todo, es gratis la comunicación debido a los acuerdos con la mayoría de operadores telefónicos del mundo. Contra eso, es difícil competir.