Perdió 19 kilómetros cuadrados de hielo en los últimos 30 años a causa del aumento de la temperatura y la alta producción de témpanos. (EFE)
El glaciar Grey, una de las maravillas del Parque Nacional Torres del Paine, en el sur de Chile, perdió 19 kilómetros cuadrados de hielo en los últimos 30 años a causa del aumento de la temperatura y la alta producción de témpanos.
"Esta pérdida de masa es producto del cuantioso número de desprendimientos de hielo y del alto derretimiento debido al incremento de las temperaturas", explicó el investigador del Centro de Estudios Científicos de Chile, Andrés Rivera.
El glaciar Grey, que acaba en el lago del mismo nombre, es uno de los espectáculos naturales más impresionantes del parque Torres del Paine, declarado Reserva de la Biósfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1978 y visitado por millares de turistas año tras año.
La masa de hielo de 244 kilómetros cuadrados, que se presenta ante el visitante como una sinfonía de colores que se modifica a cada momento, ha ido retrocediendo de forma continua desde 1945 y es uno de los glaciares chilenos que más superficie ha perdido en los últimos años.
Concretamente, según las investigaciones de Rivera, alrededor de 19 kilómetros cuadrados de hielo entre 1986 y 2015.
Los reflejos de luz de esta pared turquesa de 6 kilómetros de ancho y hasta 50 metros de altura se combinan con los matices y tonalidades del cielo y las nubes creando un paisaje de ensueño.
Aunque el cambio climático afecta de forma negativa a todos los glaciares, los que como el Grey terminan en lagos o fiordos, "no responden linealmente a ese aumento de temperatura, pues su rápido o lento retroceso depende en gran medida de la batimetría, es decir, de la profundidad de la zona lacustre en la que terminen", explicó Rivera.
"Cuando la profundidad del lago o fiordo en el que acaba el glaciar es igual o mayor al 90 % del espesor del hielo, la masa se despega del fondo, flota y pierde su estabilidad, motivo por el cual el hielo comienza a desprenderse con mucha más facilidad", dijo el geógrafo de la Universidad Católica de Chile, Esteban Sagredo.
Los retrocesos del Grey se exacerbaron en esos periodos en los que la base del glaciar se encontraba en zonas profundas del lago, como en la década de los años 90 o entre el 2011 o el 2015, cuando retrocedió más de un kilómetro en su margen occidental y creó una bahía inexistente hasta ese momento.
"Estimo que el glaciar va a seguir retrocediendo pero mientras el frente se mantenga en aguas someras, la regresión no será catastrófica", señaló Rivera quien recalcó que, dadas sus gigantescas dimensiones, "el Grey no está en peligro".
Las enormes masas de hielo que se desprenden de la pared del glaciar son uno de los grandes atractivos que sorprenden a los visitantes que cada día navegan por el lago a bordo de pequeñas embarcaciones turísticas.
"La acción del viento y la corriente empujan los témpanos azulados hacia una zona poco profunda del lago que llamamos 'el cementerio de témpanos' y que fascina a todos los visitantes", dijo el capitán de la embarcación Grey 2, Javier Muñoz Sánchez, al pasar por delante de una zona plagada de pedazos de hielo dulce que flotan con toda la majestuosidad de su peso sobre las gélidas aguas de la Patagonia.
Los témpanos son una clara evidencia del incesante retroceso del Grey que también se manifiesta en los distintos segmentos rocosos desprovistos de vegetación que permiten que el visitante se haga una idea de la magnitud de este sobrecogedor mar de hielo en la década de los años 40 del siglo pasado.