Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, reconocido como el Príncipe del Siglo de Oro de la literatura española. (ESPECIAL)
Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, reconocido como el Príncipe del Siglo de Oro de la literatura española, nació en Taxco, Guerrero, el 2 de octubre de 1581.
Descendiente de una ilustre familia española asentada en la Nueva España, inició sus estudios en la Real y Pontificia Universidad en México, posteriormente, a los 20 años viajó a Salamanca, España, para estudiar cánones y leyes.
Tiempo después viajaría a Sevilla, donde permaneció dos años. En 1613 regresó a México para tomar parte del ejército como teniente de corregidor.
Al año siguiente volvió a España y se asentó de manera definitiva en Madrid, donde dedicó su tiempo a escribir sus comedias y comenzó la etapa más fructífera de su carrera, asegura el portal de Internet epdlp.com.
Las paredes oyen y Los pechos privilegiados fueron las primeras obras que se representaron de manera discretamente exitosa, obteniendo fama en el circulo literario madrileño.
Ruiz de Alarcón fue un hombre de apariencia grotesca y de carácter tímido, lo cual le hizo víctima de las burlas de sus adversarios literatos, sin embargo, a pesar de esto consiguió destacar como uno de los tres mayores dramaturgos del momento, junto con Lope de Vega y Tirso de Molina.
De acuerdo con la crítica especializada, su teatro cumple con el canon de la comedia española de la época: galanes aventureros, pretendientes irreflexivos y muy delicados en asuntos de honor, mujeres inconstantes, criados inoportunos y enredos difíciles de resolver.
Igualmente exalta valores morales como la piedad y la amistad sinceras. Lo que en otros es valentía, rudeza y galanura, en él es inteligencia, cortesía y bondad.
A lo largo de su actividad literaria, Ruiz de Alarcón escribió más de 20 comedias, entre ellas, La amistad castigada, Ganar amigos, La cueva Salamanca, El semejante a sí mismo, Mudarse por mejorarse, No hay mal que por bien no venga y La verdad sospechosa.
Sirvió al Consejo de Indias, primero como relator interino y dos años más tarde fue propuesto para una prebenda eclesiástica en América, lo que no logró.
Desde ese momento su posición económica mejoró de manera notable y sus biógrafos indican que su fortuna le permitió reconocer como hija suya a Lorenza de Alarcón, a quien concibió con Ana de Cervantes en 1620.
Su indudable influencia en el teatro clásico francés (Corneille), italiano (Goldoni) y español (Moreto y Moratín, entre otros) colocan al dramaturgo hispano mexicano en uno de los más altos lugares del teatro universal.
Ruiz de Alarcón, quien logró dominar el juego de palabras y la asociación ingeniosa entre éstas y a las ideas, falleció el 4 de agosto de 1639 en Madrid, España; sus restos reposan en la parroquia de San Sebastián.