
La fotografía la publicó El Siglo de Torreón el día 14 de octubre de 1990, es don Joaquín Sánchez Matamoros, profesor, periodista escritor, matemático y astrónomo.
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VIDA Y OBRA DE DON JOAQUÍN SÁNCHEZ MATAMOROS, PROFESOR, PERIODISTA, ESCRITOR, MATEMÁTICO Y ASTRÓNOMO
Los datos que siguen fueron tomados de mi libro inédito: "Bustos en Bronce en la Calzada de los Escritores Laguneros y otros más". En la Alameda Zaragoza de esta ciudad de Torreón, como sigue:
"...Su primer libro de ciencia en que don Joaquín comenzó a beber las aguas frescas de los espacios siderales fue "Astronomía Popular" de Emilio Flammarión".
"Además de "Minutos Culturales", don Joaquín ha venido publicando una serie de artículos dominicales con ilustraciones a todo color, de divulgación científica, particularmente astronómicos, bajo el título general de "Maravillas del Universo".
"Formó parte don Joaquín de los movimientos literarios que formaban el 'Ateneo' y la revista Cauce y Nuevo Cauce, juntamente con Pablo C. Moreno, Salvador Vizcaíno Hernández, Federico Elizondo Saucedo, Alonso Gómez Aguirre, Enrique Mesta Zúñiga, Antonio Flores Ramírez, Juan Antonio Díaz Durán, Rafael del Río Rodríguez, Emilio Herrera Muñoz, José León Robles de la Torre y otros más. En estas revistas, también Sánchez Matamoros publicó diversos artículos de su especialidad.
"Con sus artículos dominicales "Maravillas del Universo", se publicó un libro que lleva ese mismo título, y que se terminó de imprimir el 30 de junio de 1984 por la presidencia municipal de Torreón, Coah., con prólogo del doctor Luis Maeda Villalobos, y que en una de sus partes dice: "Me honro en hacer esta introducción al libro "Maravillas del Universo", pues de antemano sabemos que constituye un resumen de varios aspectos del mundo de la astronomía, más todavía cuando es tratada por un hombre de ciencia lagunero, que aunque autodidacta, sus enormes conocimientos en la materia lo elevan por sí solo a la categoría de maestros y su modestia en sabio. La experiencia es la base de la enseñanza, y cuando se tiene la atingencia de sistematizarla, se transforma en ciencia, y esto es lo que ha hecho el distinguido, honesto y caballeroso amigo don Joaquín Sánchez Matamoros, quien por años ha estado documentándose y escudriñando noche a noche el firmamento, dejando a la posteridad su ejemplo como ciudadano; y como científico, sus conferencias, sus escritos, y este volumen, con un contenido que se antoja minúsculo para sus conocimientos y la vastedad del tema.
Además, en los múltiples artículos periodísticos que escribió don Joaquín, el día cuatro de octubre de 1987, apareció en El Siglo de Torreón "Espigas de Oro de la Historia", el Premio Nacional de Periodismo, que en parte dice:
"Aquel día del 28 de febrero de 1977 -hace ya 10 años- el entusiasmo de los que hacemos El Siglo de Torreón llegó a su clímax. El banquete tradicional con que celebramos los aniversarios de nuestro periódico, tenía ahora el formidable aliciente de que el 7 de junio anterior se había otorgado a nuestro periódico El Premio Nacional de Periodismo y de Información, en la rama de noticias".
"Varios de nuestros compañeros colaboradores nos honraron con su presencia. Recuerdo que me tocó sentarme entre nuestros columnistas Emilio Herrera y Guillermo V. Zamudio. A los postres, a nombre del personal, dije lo que sigue: "Conocer las verdaderas proporciones del triunfo; no engañarse a sí mismo con la significación y el alcance de la victoria, es factor indispensable para poder valorarse uno mismo y para ajustar su conducta en el futuro".
"La historia es el mejor testigo de la frecuencia con que ocurre que los grandes triunfadores ni siquiera se dieron cuenta cabal de lo esplendoroso de sus hazañas".
"Cuando en 1506 murió Cristóbal Colón, ignoraba que había descubierto un nuevo mundo. El sostenía, tercamente que había llegado a las Indias, en el Continente Asiático e insistía en buscar el reino fantástico del Preste Juan. Y es que los cálculos equivocados de Pablo Toscanelli sobre el tamaño real de la Tierra, fueron las causas de que el gran navegante genovés no se diera cuenta de lo brillante, de lo grandioso de su descubrimiento".
"Igual sucedió en 1616, cuando murió don Miguel de Cervantes Saavedra, que el príncipe de los ingenios y una de las mayores figuras de la narrativa universal. Estaba convencidde que su novela el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, era tan sólo un triunfo cómico. Que lejos estaba el Manco de Lepanto de adivinar que el Quijote sería considerado una de las supremas obras literarias de la humanidad, que distante estaba de pensar que las caricaturas grotescas del caballero de la triste figura, del escudero y confidente Sancho Panza y el escuálido rosinante, van a constituir la pieza más hermosa de la literatura española..."