Aparte de en lana, los vestidos son en cachemir y angora, con escote en forma de "u" y los abrigos se presentan en colores negro y beige, mientras para la noche ofrece faldas de lamé, suéter, medias tupidas y sandalias con tacón de plataforma.Mientras tanto, la modista alemana Jil Sander, una habitual de la pasarela de Milán, plantea pasar un invierno lo más cálido posible y para ello recurre al algodón en numerosas prendas, a veces incluso con forro adicional.Trend Les Copains propone el uso de boinas, minifaldas y guantaletas para este invierno.Una modelo desfila con un diseño de la casa de moda Trend Les Copains.Las faldas, siempre por encima de la rodilla, están decoradas con cristales y hematites, complementadas por medias de redecilla y botas ajustadas y adornadas con encajes plateados, con el tacón cuadrado, como se llevaba en los años 40Las chaquetas son asimétricas y pequeñas, en seda y con plisados en las mangas, en colores negro y marfil, colores que definen también las estatuas del estilo "deco".El estilista italiano Gai Mattiolo se ha inspirado en esta ocasión en el "art deco" y ha hecho del traje-chaqueta el elemento central de su colección, según lo visto en Milán.Fendi con la mano del diseñador Karl Lagerfeld continuó con la tendencia de la minifalda, al cual ha estado presente en cada uno de los desfiles de este año en Milán.Fendi también estuvo presente durante las pasarelas otoño-invierno 2004 en Milán.La top model checa Eva Herzigova hizo notar su presencia durante el desfile otoño-invierno 2004 de la casa de modad Blumarine.Siguiendo con la misma tendencia de años pasados Trussardi no se deja monopolizar por el uso de un sólo color sino que juega y combina tantos como le sean posibles en cada uno de sus diseños.En el desfile, las modelos de Trussardi llevan pantalones de ante en color fucsia o verde esmeralda, vestidos y blusas de seda estampada y faldas cortas, junto a abrigos de falsa piel y cárdigan de lana.Por otro lado Trussardi ha apostado este año por la idea de que el estilo se basa en concederse en la imagen exterior algún detalle excéntrico, sin pasarse y, así, se ven un sombrero en piel de cocodrilo o un alfiler de huevos de reptil en una colección caracterizada por la elegancia.Junto al modisto abandona Gucci el presidente del grupo, Domenico de Sole, que también el pasado noviembre anunció su dimisión a los propietarios de la sociedad, el grupo francés Painault Printempos Redoute (PPR).Si en 1993 el grupo hacía una facturación anual de 200 millones de euros y tenía pérdidas, diez años después facturaba mil.500 millones de euros, con más de 450 millones de beneficios.Ford, que se había despedido el mes pasado en Milán de la moda masculina, entró a trabajar en Gucci en 1990, y cuatro años después se convirtió en su director creativo, pasando a convertirse en un mito de la moda y relanzado el grupo a nivel mundial.Faldas estrechas, cinturones anchos y zapatos altos, acompañados de cuellos de zorro, pantalones de encaje transparente o chaquetas de grandes solapas que imitan el esmoquin, desfilaron ante un público que en muchos casos no pudo contener lágrimas de emoción y que al final irrumpió en un larguísimo aplauso.En su desfile de despedida, rodeado de una gran expectación, el modisto ha querido rendir homenaje a sus primeras colecciones, olvidando años de excesos con vestidos largos de noche en raso, con un aire de los años 40, ajustados y abiertos por el flanco.Durante una década con la casa italiana, Ford ha explorado el terreno del rock, el cine, la provocación, el punk o los trajes de época, dictando las tendencias de la moda a miles de mujeres en todo el mundo.El modisto estadounidense Tom Ford volvió hoy a sus orígenes al presentar en Milán su última colección femenina como diseñador estrella de Gucci, despidiéndose con una mujer romántica y clásica envuelta en un sencillo vestido blanco.