Los obispos de Haití celebraron una misa de protesta contra los secuestros, después del rapto de doce religiosos ocurrido el pasado fin de semana, un hecho que precipitó la dimisión del primer ministro, Joseph Jouthe. La gran celebración eucarística celebrada en la iglesia de San Pedro de Pétion-Ville, en la capital haitiana, se convirtió en una auténtica manifestación. "Estamos cansados", gritaban a coro los asistentes, que abarrotaron la parroquia, agitando las manos en alto, aplaudiendo o sosteniendo pancartas con imágenes de personas víctimas de la inseguridad.