Con la energía de aquel joven veinteañero de los años 60, pero ahora con 81 años y convertido en caballero, Paul McCartney provocó este martes lágrimas, risas y suspiros de distintas generaciones que convergieron en el Foro Sol, gracias a su Got Back Tour. El público, que no lo veía desde hace seis años, gritó eufórico el nombre del exBeatle en este explisivo regreso, cuando los violines del final de "A day in the life" anunciaran su salida y el músico apareciera con una sonrisa para empezar la velada musical para interprerar "Can’t buy me love", que los fans corearon a todo pulmón.