A diferencia del año del Caballo, en el que casarse está casi prohibido, y el de la Cabra, en el que los índices de natalidad cayeron un 60 por ciento, el Mono se atreve con todo y no renuncia a nada.
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A diferencia del año del Caballo, en el que casarse está casi prohibido, y el de la Cabra, en el que los índices de natalidad cayeron un 60 por ciento, el Mono se atreve con todo y no renuncia a nada.
A diferencia del año del Caballo, en el que casarse está casi prohibido, y el de la Cabra, en el que los índices de natalidad cayeron un 60 por ciento, el Mono se atreve con todo y no renuncia a nada.Foto: Reuters, AP, EFE
22 de enero de 2004.