"¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!", gritaban hombres y mujeres tras un portón negro que estaba cerrado. Al mirar por una rendija se observaba a una veintena de agentes migratorios, navales, policías federales y guardias de seguridad privada.¡Ayúdame!, ¡ayúdame con mi hijo, está enfermo, está enfermo!", suplicaba una mujer migrante originaria de Haití desde el centro de detención habilitado por el Instituto Nacional de Migración (INM) en las instalaciones de la Feria Mesoamericana, en la ciudad de Tapachula.
Autor: EL UNIVERSAL-EFE, publicada el 26 de junio de 2019