El Papa Francisco celebró los ritos del Viernes Santo y presidió el tradicional Vía Crucis, esta vez en la plaza de San Pedro sin fieles y no ante el Coliseo romano como otros años. Esta inédita celebración a puerta cerrada se debe a la pandemia de COVID-19, que ya ha dejado más de 100,000 muertes en el mundo, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Autor: EFE, publicada el 10 de abril de 2020