Gritos. Diego Herrera en los teclados. Aparece Alfonso André. Uno a uno toman su lugar. Se encienden cientos de celulares... Y ahora, la voz de Saúl Hernández se apodera del lugar. Los dios ocultos han quedado al descubierto; la piel se enchina, como si fuera la primera vez.
Autor: ERICK SOTOMAYOR, publicada el 30 de abril de 2022