La madrugada de este viernes el cantante sonorense Alfredo Olivas “le echó sal” a las heridas que algunos laguneros traían con sus canciones de desamor, y al mismo tiempo fueron sanadas utilizando las melodías como liberación. Los hizo cantar y hasta bailar el vals.
Autor: EL SIGLO DE TORREÓN, publicada el 14 de junio de 2024