El influyentismo de los concesionarios de terrenos federales ubicados en las márgenes del río Nazas, la cacería furtiva de patos o aves canoras, desmontes ilegales y la extracción clandestina de agua mediante bombeos para regar cultivos particulares, son algunas de las irregularidades que imperan en el área natural protegida del Cañón de Fernández, superficie que asciende a 17 mil hectáreas.
El influyentismo de los concesionarios de terrenos federales ubicados en las márgenes del río Nazas, la cacería furtiva de patos o aves canoras, desmontes ilegales y la extracción clandestina de agua mediante bombeos para regar cultivos particulares, son algunas de las irregularidades que imperan en el área natural protegida del Cañón de Fernández, superficie que asciende a 17 mil hectáreas.Fotos:El Siglo de Torreón 08 de noviembre 2004.
publicada el 08 de noviembre de 2004