Arafat sumó a su facilidad para la fabulación y acusado sentido teatral unas dotes políticas que, en su conjunto, no tienen duda entre su generación de líderes nacionalistas árabes, lo que no negó ni su peor enemigo. Arafat en una de sus múltiples viajes con el entonces presidente de EU, Bill Clinton.
Arafat sumó a su facilidad para la fabulación y acusado sentido teatral unas dotes políticas que, en su conjunto, no tienen duda entre su generación de líderes nacionalistas árabes, lo que no negó ni su peor enemigo.
Arafat en una de sus múltiples viajes con el entonces presidente de EU, Bill Clinton.Fotos:AP, Reuters y EFE
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publicada el 12 de noviembre de 2004