Luego se trasladó en coche hasta el Quirinal, con una nutrida comitiva y escoltado por un escuadrón de treinta coraceros a caballo, una forma de protocolo reservada a los jefes de Estado extranjeros más ilustres.
Luego se trasladó en coche hasta el Quirinal, con una nutrida comitiva y escoltado por un escuadrón de treinta coraceros a caballo, una forma de protocolo reservada a los jefes de Estado extranjeros más ilustres.Fotos: AP 24 de junio 2005.
publicada el 24 de junio de 2005