'Por tanto, es legítimo un sano laicismo del Estado en virtud del cual las realidades temporales se rijan según sus propias normas, sin excluir las referencias éticas que encuentran sus cimientos en la religión', afirmó.
"Por tanto, es legítimo un sano laicismo del Estado en virtud del cual las realidades temporales se rijan según sus propias normas, sin excluir las referencias éticas que encuentran sus cimientos en la religión", afirmó.Fotos: AP 24 de junio 2005.
publicada el 24 de junio de 2005