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Las fans de las primeras filas pusieron en jaque a los guaruras durante todo el show; todas, sin excepción querían tocarlo, abrazarlo y las más osadas besarlo. Él se dejó querer, sabía que la gente iba a hacer lo que él pidiera, y en realidad así lo hizo, de tal forma que con un sólo movimiento de su mano, la audiencia le respondió sin temor alguno creando un permanente coro monumental.

Las fans de las primeras filas pusieron en jaque a los guaruras durante todo el show; todas, sin excepción querían tocarlo, abrazarlo y las más osadas besarlo. Él se dejó querer, sabía que la gente iba a hacer lo que él pidiera, y en realidad así lo hizo, de tal forma que con un sólo movimiento de su mano, la audiencia le respondió sin temor alguno creando un permanente coro monumental.

Las fans de las primeras filas pusieron en jaque a los guaruras durante todo el show; todas, sin excepción querían tocarlo, abrazarlo y las más osadas besarlo. Él se dejó querer, sabía que la gente iba a hacer lo que él pidiera, y en realidad así lo hizo, de tal forma que con un sólo movimiento de su mano, la audiencia le respondió sin temor alguno creando un permanente coro monumental.Fotos: El Siglo de Torreón 18 de julio 2005.

publicada el 18 de julio de 2005

Galería completa: Alejandro Fernández y Mariana Ochoa en La Laguna

13 de 18 » Las fans de las primeras filas pusieron en jaque a los guaruras durante todo el show; todas, sin excepción querían tocarlo, abrazarlo y las más osadas besarlo. Él se dejó querer, sabía que la gente iba a hacer lo que él pidiera, y en realidad así lo hizo, de tal forma que con un sólo movimiento de su mano, la audiencia le respondió sin temor alguno creando un permanente coro monumental.

Alejandro Fernández y Mariana Ochoa en La Laguna

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Las fans de las primeras filas pusieron en jaque a los guaruras durante todo el show; todas, sin excepción querían tocarlo, abrazarlo y las más osadas besarlo. Él se dejó querer, sabía que la gente iba a hacer lo que él pidiera, y en realidad así lo hizo, de tal forma que con un sólo movimiento de su mano, la audiencia le respondió sin temor alguno creando un permanente coro monumental. Las fans de las primeras filas pusieron en jaque a los guaruras durante todo el show; todas, sin excepción querían tocarlo, abrazarlo y las más osadas besarlo. Él se dejó querer, sabía que la gente iba a hacer lo que él pidiera, y en realidad así lo hizo, de tal forma que con un sólo movimiento de su mano, la audiencia le respondió sin temor alguno creando un permanente coro monumental.

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